miércoles, 1 de febrero de 2017

Romper la realidad

Romper la realidad
                                                                               "Los verdaderos secretos no pueden revelarse."

Carl Jung
 
  
    Cuando una persona adulta sueña con ser joven, significa que tiene nostalgia de tiempos pasados; soñar con ser joven anuncia un sentimiento de reproche e infelicidad.  Las pasiones y deseos que se circunscriben en el recuerdo forman parte de la eternidad, el problema radica en la relación entre lo real y el deseo.
   Hasta hace poco tiempo se usaban chalecos de fuerza y las habitaciones tenían acolchonadas las paredes para evitar que los locos no se hicieran daño a sí mismo; en la actualidad no es necesario ese recurso porque los dopan con pastillas. Únicamente en casos muy extremos amordazan en la cama a un paciente y, en última instancia, aplican por vía intravenosa la medicación. Soy un filósofo no un loco, sino no escribiría eso.
   Cuando dos personas se aman, no se aman en la misma medida. Una es más débil y ama sin reservas. El amor es sufrimiento. Uno de los efectos que puede producir la borrachera del amor es el de una lúgubre pesadumbre. Sólo quienes han sido mordidos por una serpiente conocen el dolor de esa mordedura.
    El amor es un sufrimiento ficticio.
    Cuando tuve catorce años estaba profundamente enamorado, como ninguna otra vez, de una chica del arrabal. Con mucha vergüenza me había dirigido a mi padre, no sabía a quién pedir socorro, y le digo: "Papá estoy muy enamorado, que tengo que hacer", como un guasón burlón me responde "Y de quién te enamoraste... de tu maestra", fue la primera vez que advertí tanta humillación.
    Los hijos son el reflejo del padre, tienen lo mejor y lo peor de él. El loco es una víctima de un gran secreto familiar. Un loco sabe algo que los demás no saben y eso lo atormenta; mi padre ante los demás (afuera) era un tipo bondadoso, servicial y simpático. En cambio (dentro, en la reclusión del hogar) era cruel, despótico y golpeador. Llegue a pensar que él era el diablo, era un secreto que almacenaba desde niño.
   Con lo escrito hasta aquí demuestro mi lucidez. Soy un filósofo no un loco.
    Freud sostiene que todos somos un poco paranoicos, la diferencia estriba que en la mayoría eso se encuentra incubado y controlado. Pero, distintas circunstancias emocionales (como una profunda crisis de nervios), despiertan, provocan y desarrollan (en el interior) muchas voces roncas que hablan y no nos pertenecen, También despiertan siluetas de sombras negras que persiguen. Son como espíritus que buscan poseer y que intentan obligar a actuar y decir cosas que no se quiere. No tienes control sobre eso, y en eso consiste el gran problema. La única solución es la entrevista personal con profesionales (ya que no se puede abrir una cabeza e inspeccionarla) de tal manera se logra un diagnóstico y corregir ese desequilibrio químico con medicinas psicotrópicas. Esas medicinas tienen efectos secundarios terribles como babear, contracturas, retorcijones, rigidez (que forja caminar como un robot), pueden provocar parkinson y temblores en el cuerpo; algún psiquiatra hasta puede llegar a decir que se puede perder parte de la visión. Pero con el pasar del tiempo, las pastillas, ayudan a corregir esa anomalía.
    Con lo escrito demuestro que no estoy loco.
    Alguien que tiene un brote o un episodio depresivo puede después tener otro brote o episodio mayor. Todo lo que tiene un antecedente puede repetirse y si no se aprende de un hecho desagradable, obligas a la naturaleza que lo reproduzca tantas veces hasta que te canses y quieras cambiar. Un fuego no sigue ardiendo si no se lo alimenta.
   Con lo escrito hasta aquí estoy demuestro mí lucidez.
    Los enamorados son personas extrañas, es una enfermedad socialmente aceptada, y existen ciertas clases de personas que no quieren curarse y que desean permanecer enfermas. La inteligencia necesita crecer y avanzar, es bueno tener una experiencia no lo es identificarse con ella.
    La pesadilla de la esquizofrenia consiste en no discernir lo real de lo imaginario. La esquizofrenia suele venir acompañada de la paranoia, es decir, a las voces imaginarias se le suman los delirios de persecución. Es una manera de sentir un infierno real donde los momentos más importantes del pasado se viven como algo presente. El estrés despierta alucinaciones de un infierno imaginario que la mente lo vive como algo real.
   Quién escribió esto es un filósofo no un loco, dense cuenta por la forma que escribo.

Nelson Hussey