jueves, 19 de octubre de 2017

9 haikus de Taneda Santoka

Taneda Santoka, 9


Hacer un fuego
para uno solo


De acá para allá,
libre como el viento,
saborear el agua.


Me paseo en los vientos
En el brillo
Y en la oscuridad


Oye, grillo:
Sólo tengo arroz
para mañana.


Ha envejecido
hasta el sonido
de las gotas de lluvia.


El arroz es delicioso
y el cielo azul
muy azul


Oculta en una choza en ruinas
mi vida en ruinas.
Canta una cigarra.


Crepúsculo en calma.
Lavando una olla
que ya estaba limpia.


Nada puedo hacer
mi vida de contradicciones
llevada por el viento.



Selección de Pablo Albornoz

domingo, 1 de octubre de 2017

Fábula del pelotudo - Roberto Fontanarrosa

Fábula del pelotudo


   Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el pelotudo del pueblo. Un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas. Diariamente, algunos hombres llamaban al pelotudo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño, pero de 1 peso. Él siempre agarraba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió: "Lo sé, no soy tan pelotudo..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda."
    Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
   La primera: Quien parece pelotudo, no siempre lo es.
   La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos pelotudos de la historia?
   La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos
   La cuarta: (pero la conclusión más interesante) Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

Moraleja:
   "El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pelotudo delante de un pelotudo que aparenta ser inteligente."

Roberto Fontanarrosa