las mujeres son
todas locas
Las mujeres
están hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
Oscar Wilde
tengo los pulmones
negros. antes era muy tímido. con la rigidez y dureza con la que me crio mi
padre podría haber pasado dos cosas: que sea un títere o me transformara en un
loco: termino siendo loco. me siento desclasado, las cosas no siempre salen
como uno quiere. hay que aprender a simular como el zorro para conocer las
trampas.
es difícil estar solo
y hasta los héroes tienen miedo.
sí el mundo es extraño es por la existencia de
las mujeres que son todas raras. al decir verdad, las mujeres son más
terrenales, se las puede identificar con la naturaleza porque son
impredecibles. no he conocido ninguna dama que sea normal. los varones somos
simples, de gustos sencillos y fáciles de predecir y sabemos lo que queremos.
en cambio las mujeres siempre están insatisfechas. a las mujeres les gusta las
cosas difíciles y complicadas. el que desee seducir a una mina tiene que
combatir en su terreno con las mismas armas, es decir, ser impredecible. la
mujer es inefable.
a las mujeres les gusta
los hombres impredecibles.
para seducir a una
mujer hay que ser intermitente, un día hay que darle cuerda y al siguiente
soltarla. no se debe obrar siempre de la misma manera, se deben variar los
movimientos para confundir al contrincante. si observamos una repetición
debemos intentar modificarla. hay mujeres que son como los las cocinas
microondas, muy rápido se calientan y muy rápido se enfrían. no está del todo
mal hacer uso de humor escatológico y hasta gastarle una broma marcándole algún
defecto, es preferible eso a la adulación. nadie se arrepiente de ser valiente.
nos comportamos como niños en su presencia y ellas actúan con soltura ante
nosotros (llevan en su instinto todo lo relacionado con la atracción y el
engaño).
las mujeres son
difíciles de entender, pero nadie puede negar que son los seres más atractivos
del planeta.
para conquistar a una
mujer hay que conocerla y aprovechar sus debilidades, ella es el premio. hay
que derrotar al miedo que es el gran enemigo que nos lleva al lado oscuro. un
gran secreto es no tener miedo a decir o hacer cualquier cosa. lo mejor que se
puede hacer con una chica es mostrar indiferencia, si se dan cuenta que estas
interesado te liquidan. las mujeres desean tener a todos los hombres a sus
pies, por tanto, no hay que demostrar mucho interés para chocar con su ego. a
las mujeres no les gusta ser rechazadas. por otro lado, un hombre que se muestra
desesperado lo único que logra es que la mujer se aleje.
lo peor que puedes
hacer es arrastrarte y perder la dignidad.
muchas veces uno no
sabe lo que una mujer quiere, ni ella misma lo sabe. para complicar más las
cosas, ellas creen que quieren otra cosa diferente de lo realmente quieren. mi
gran problema con las mujeres es que tengo baja autoestima porque tuve una
educación muy rigurosa: los errores se me castigan con dureza y no tengo
premios cuando acierto. con respecto a las chicas siempre tengo miedo a
decepcionar y soy muy sensible a la belleza. en esencia la vida es sufrimiento.
un gran error en muchos
varones es adular todo el tiempo a una mujer diciéndole que es hermosa, eso las
aburre. Si la tienes en un pedestal no la atraerás. una mujer te debe valorar,
tiene que sentir que vos sos más de lo que ella puede pretender.
las mujeres detestan a
los débiles, entregados, arrastrados y dependientes.
es fundamental ir de
frente con seguridad, sinceridad y buen humor. sí rebotas, actúa como que no te
importa. inténtalo nuevamente con onda, si tampoco te da cabida, olvídala y
buscate otra.
la mujer es como es. no
como vos querés que sea.
recuerdo una tarde cayendo
las hojas que salgo con ingrid, nos pusimos de acuerdo, fuimos con mi
motocicleta a los bosques de palermo. ingrid es alta, delgada y rubia. tiene
bien puesto cada cosa en su lugar, unas gomas terribles y la cara ni te cuento.
todo se encuentra amarillo como el oro con enceguecedora luz. yo estoy patuco. ella
lleva sanguches de migas y papas fritas en una pequeña canasta, por mi lado me
encargo de la bebida llevando una fanta en una pequeña conservadora con hielo.
conversamos largos y distendidos a la sombra de un pino en un rincón apartados
de la muchedumbre. charlamos riéndonos. me siento feliz de tenerla cerca,
mientras dos gatos se pelean cerca de nosotros. ella mastica de manera lenta y
delicada. yo, al contrario, mastico muy rápido. ordeno los billetes
colocándolos todos con las caras delante y en orden. quiero prolongar la charla
y digo carraspeando “kierkegaard escribió que la inocencia es ignorancia y que
ese no saber es lo que provoca angustia, la posibilidad de elección”; ella
contesta “esas son puras especulaciones”.
deduzco que es un
error intentar hablar de literatura con ingrid, ya que no le importa un pomo. es
tan agradable tenerla tan cerca, no importa lo que dice... importa que está
ahí, conmigo.
uno no sabe lo que quiere
una mina, ni la misma mina sabe lo que quiere. lo que intento decir es que no
sos un boludo si piensas que una mujer gusta de vos y te equivocas, o
viceversa.
ante el abismo de
silencio la apreto, acerco mi boca amagando un beso y ella me rechaza. después
la interrogo ¿cómo te sentís?, me responde “no sé estoy confundida... necesito
un tiempo” y se va tomar el buque. veo como un salame que se aleja su hermoso
culo. pocas veces las cosas funcionan con alguien que te gusta. las mujeres
llevan en su corazón deseos de venganza. el sol desaparece y me quedo sin beso.
nf