domingo, 1 de marzo de 2015

Encarada

Encarada

  De un modo u otro todos estamos locos. Cuando me encuentro solo, en mí, tengo por compañía la locura. Mis soledades me dictan, me hablan... ¿Qué es mi tristeza comparada con los dolores del mundo?
  El hombre es un ser sociable. Es un delito para el humano estar solo (sin la sociedad) porque se transforma en una bestia.
  El saber popular indica que el amor es una embriaguez. Es decir, se producen procesos químicos que producen sensación de placer. Un individuo que siente atracción por otro experimenta una excitación sexual química.
  La enfermedad de Basedow atribuye a sustancias tóxicas que se elaboran dentro del organismo ciertas enfermedades. Así como el amor correspondido produce una sensación placentera, por el contrario, un desamor provoca angustia.
  Hay enfermedades que se llevan dentro, en la sangre, y que en algún momento se desarrollan. Circunstancias, hechos, y emociones provocan el brote de la enfermedad incubada.
  La función sexual ejerce una gran influencia en la vida anímica y corporal.
  Ante un gran fracaso amoroso el organismo reacciona produciendo en el cerebro sustancias químicas que generan una perturbación mental que podría llegar a la esquizofrenia. Es la extinción de este escenario. Despierta alucinaciones de un mundo fantástico, imaginando un infierno que se toma como verdadero. Es la pérdida de contacto con la realidad.

  No enciendo mi lámpara cuando hay otra encendida. Tras esperar mi deseo impaciente dos meses, desconociendo cómo va a reaccionar, mis ojos a través de la persiana ven pasar la figura de Karina. La ignorancia de su respuesta me causa sufrimiento. Salgo detrás de sus pasos y la alcanzo en una esquina, media calle antes de donde sueña, la encaro: "Hola Karina... Puedo hablar con vos."
  No se conoce a alguien hasta saber que desea. Ella tiene la boca color sangre y lleva maquillaje púrpura en sus párpados. Sus piernas están derechas e inexpresivas. Me contesta, "sí".
  Mientras un árbol nos observa, repleto de dudas, dejo fluir a mi corazón palpitante: "Sé que apenas te conozco, pero me gustaría conocerte mejor -continuo. Dime lo que piensas (...) no quiero sentirme solo. Cada noche que pasa no dejo de pensar en vos. Sos la única que das sentido a mi vida. Te necesito y estaría perdido si no me quieres. Quiero que seas mi novia o (al menos) que me des una oportunidad de conocerte."
  Karina frunce el ceño y responde: "Mira... no quiero conocerte ni ser tu novia -su semblante se contrae-, pero no te preocupes. Vos sos muy lindo y seguramente encontrarás una chica que te quiera."
  Pienso en mi interior "Dios, perdónala". No importa morir esta noche.
  Sollozando, salgo corriendo e ingreso a mi atorradero. Me encierro con llave, me pongo auriculares, y coloco una cinta de Phil Collins. El mundo se detiene.
  Mientras el gobierno radical agoniza, un gato camina maullando sobre el techo.

nf

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario