Schopenhauer para principiantes
"Mientras el hombre no
descubre todas las verdades y sigue siendo un vehículo insaciable, se asemeja
al hámster que se ufana corriendo en la rueda de su jaula sin avanzar ni un
centímetro, a pesar de todo su esfuerzo."
Arthur
Schopenhauer
Como introducción
a esta exposición sobre las ideas fundamentales de Arthur Schopenahuer
solamente digo que era tal la admiración que despertaba Schopenahuer en el
escritor Jorge Luis Borges, que lo llevó al argentino ha estudiar y aprender el
idioma alemán para poder leer directamente la obra escrita en el idioma
original.
Schopenahuer recomendaba aprender a
renunciar y refrenar los deseos para alcanzar un estado de serenidad e
indiferencia, y presentaba a la compasión como la única relación positiva entre
las personas. El amor y la amistad eran quimeras irrealizables. El carácter
individual de cada persona es una expresión única e irreductible de la fuerza,
a diferencia de los animales en la que el individuo no se diferencia de la
especie.
El egoísmo está enraizado en la creencia
de que cada persona es una sola. Schopenahuer nos muestra que esta concepción
individualista es errónea; ya que en la interioridad de todos los seres hay una
misma fuerza, un mismo principio vital. La conciencia de esta identidad común
permite conocer a uno mismo y a los demás, este conocimiento abre la compasión
al prójimo.
"El mundo es mi representación: el mundo que rodea al hombre no existe más que como
representación, en relación con otro ser que lo percibe". El filósofo
alemán menosprecia el mundo y la vida en su aspecto representativo y engañoso.
A Schopenahuer se lo conoce como el filósofo
del pesimismo, entre otras cosas, sentenciaba: "Toda vida es
sufrimiento" y "Más valdría no haber nacido."
En cuanto a la teoría del conocimiento
Arthur escribió que el conocimiento empírico se adquiere por inducción a través
de la experiencia y los sentidos que nos proporciona la representación empírica
de los objetos. La intuición y la percepción son cosas que pertenecen a la
sensibilidad. Cuando al conocimiento intuitivo se le agrega el concepto y el
pensamiento (mediante el entendimiento) aparece en la conciencia el concepto
abstracto, ésta es la actividad de la razón. El entendimiento es la facultad de
juzgar y es un conocimiento mediato, es
la representación de una representación. Ambas funciones son inteligentes y
actúan al mismo tiempo. En resumen, la función de los sentidos es intuir y la
del entendimiento es pensar.
Arthur Schopenhauer reduce las doce
categorías kantianas a una sola, el principio de causalidad o "principio
de razón suficiente". La ley de causalidad es la ley según la cual nada es sin una razón de ser.
Schopenhauer admiraba profundamente a Kant
que enseñaba a buscar el principio y fin del mundo no fuera, sino dentro de
nosotros. Se puede abreviar del modo siguiente lo que Arthur tomo de Immanuel:
El mundo objetivo, tal como lo conocemos, no pertenece a la esencia de las
cosas en sí mismas, sino que es solo la manifestación de éstas. Condicionadas
por las formas que existen a priori en el intelecto humano, por lo que no puede
conocer más que fenómenos. El mundo fenomenal está condicionado tanto por el
sujeto como por el objeto. No podemos penetrar, prosigue Kant, ni en el
interior del objeto ni en el interior del sujeto, por lo que nunca conoceremos
la esencia del mundo, es decir, la cosa en sí.
La
moralidad de la conducta humana es completamente distinta e independiente de
las leyes del fenómeno y es algo que afecta la cosa en sí.
Schopenahuer asigna el valor de máxima
verdad al conocimiento intuitivo, a la experiencia interna y directa de su
propio ser. Es la intuición no pensada conceptualmente que se produce en el
cerebro, la conciencia de sí mismo es el más directo de los conocimientos.
Otra de las ideas fundamentales de Arthur es
que la esencia es el deseo, la realidad del ser que quiere y que él lo denomina
voluntad. Querer es lo propio del
hombre. El querer, no el pensar, es el hecho primordial. La voluntad actúa a
partir de los motivos de nuestra mente y no hay nada que podamos experimentar
más inmediatamente que la voluntad.
No tenemos representación de la voluntad, la
experimentamos al querer: Cada vez que queremos sentimos la fuerza de la
voluntad. Cuando sentimos miedo, hambre, deseo sexual y cualquier otra pasión
fuerte, la voluntad se manifiesta con intensidad en nosotros. Los individuos
luchan entre sí constantemente y compiten en ambiciones idénticas. Lo más
elemental se traduce en la "voluntad de vivir" y, luego, perpetuarse
mediante la reproducción.
Schopenahuer afirma que la voluntad es
insaciable porque nos lleva a una profunda infelicidad y desdicha. El hecho de
no tener nunca bastante fama, poder o patrimonio (por ejemplo) no permite gozar
de lo que se tiene, ya que la servidumbre a la voluntad produce que se desee
más y más. Arthur propone dos salidas a esta rueda: La experiencia estética o
una vida de santidad basada en la aniquilación de la voluntad mediante la renunciación,
resignación y compasión.
El hombre dispone de un mecanismo moral
para mitigar el sufrimiento en el mundo, la inacción. Frenar la voluntad a través
de la renuncia de los deseos hasta suprimir el egoísmo. Por ello se lo llamaba el santo laico.
La gran enseñanza del pesimismo de
Schopenahuer es que no estamos aquí (en este mundo) para disfrutar y pasarla
bien.