domingo, 1 de mayo de 2016

Schopenahuer para principiantes

Schopenhauer para principiantes

    "Mientras el hombre no descubre todas las verdades y sigue siendo un vehículo insaciable, se asemeja al hámster que se ufana corriendo en la rueda de su jaula sin avanzar ni un centímetro, a pesar de todo su esfuerzo."
Arthur Schopenhauer

   Como introducción a esta exposición sobre las ideas fundamentales de Arthur Schopenahuer solamente digo que era tal la admiración que despertaba Schopenahuer en el escritor Jorge Luis Borges, que lo llevó al argentino ha estudiar y aprender el idioma alemán para poder leer directamente la obra escrita en el idioma original.
   Schopenahuer recomendaba aprender a renunciar y refrenar los deseos para alcanzar un estado de serenidad e indiferencia, y presentaba a la compasión como la única relación positiva entre las personas. El amor y la amistad eran quimeras irrealizables. El carácter individual de cada persona es una expresión única e irreductible de la fuerza, a diferencia de los animales en la que el individuo no se diferencia de la especie.
      El egoísmo está enraizado en la creencia de que cada persona es una sola. Schopenahuer nos muestra que esta concepción individualista es errónea; ya que en la interioridad de todos los seres hay una misma fuerza, un mismo principio vital. La conciencia de esta identidad común permite conocer a uno mismo y a los demás, este conocimiento abre la compasión al prójimo.
   "El mundo es mi representación: el mundo que rodea al hombre no existe más que como representación, en relación con otro ser que lo percibe". El filósofo alemán menosprecia el mundo y la vida en su aspecto representativo y engañoso.
   A Schopenahuer se lo conoce como el filósofo del pesimismo, entre otras cosas, sentenciaba: "Toda vida es sufrimiento" y "Más valdría no haber nacido."
       En cuanto a la teoría del conocimiento Arthur escribió que el conocimiento empírico se adquiere por inducción a través de la experiencia y los sentidos que nos proporciona la representación empírica de los objetos. La intuición y la percepción son cosas que pertenecen a la sensibilidad. Cuando al conocimiento intuitivo se le agrega el concepto y el pensamiento (mediante el entendimiento) aparece en la conciencia el concepto abstracto, ésta es la actividad de la razón. El entendimiento es la facultad de juzgar  y es un conocimiento mediato, es la representación de una representación. Ambas funciones son inteligentes y actúan al mismo tiempo. En resumen, la función de los sentidos es intuir y la del entendimiento es pensar.
   Arthur Schopenhauer reduce las doce categorías kantianas a una sola, el principio de causalidad o "principio de razón suficiente". La ley de causalidad es la ley  según la cual nada es sin una razón de ser.
   Schopenhauer admiraba profundamente a Kant que enseñaba a buscar el principio y fin del mundo no fuera, sino dentro de nosotros. Se puede abreviar del modo siguiente lo que Arthur tomo de Immanuel: El mundo objetivo, tal como lo conocemos, no pertenece a la esencia de las cosas en sí mismas, sino que es solo la manifestación de éstas. Condicionadas por las formas que existen a priori en el intelecto humano, por lo que no puede conocer más que fenómenos. El mundo fenomenal está condicionado tanto por el sujeto como por el objeto. No podemos penetrar, prosigue Kant, ni en el interior del objeto ni en el interior del sujeto, por lo que nunca conoceremos la esencia del mundo, es decir, la cosa en sí.
   La moralidad de la conducta humana es completamente distinta e independiente de las leyes del fenómeno y es algo que afecta la cosa en sí.
   Schopenahuer asigna el valor de máxima verdad al conocimiento intuitivo, a la experiencia interna y directa de su propio ser. Es la intuición no pensada conceptualmente que se produce en el cerebro, la conciencia de sí mismo es el más directo de los conocimientos.
   Otra de las ideas fundamentales de Arthur es que la esencia es el deseo, la realidad del ser que quiere y que él lo denomina voluntad. Querer es lo propio del hombre. El querer, no el pensar, es el hecho primordial. La voluntad actúa a partir de los motivos de nuestra mente y no hay nada que podamos experimentar más inmediatamente que la voluntad.
   No tenemos representación de la voluntad, la experimentamos al querer: Cada vez que queremos sentimos la fuerza de la voluntad. Cuando sentimos miedo, hambre, deseo sexual y cualquier otra pasión fuerte, la voluntad se manifiesta con intensidad en nosotros. Los individuos luchan entre sí constantemente y compiten en ambiciones idénticas. Lo más elemental se traduce en la "voluntad de vivir" y, luego, perpetuarse mediante la reproducción.
    Schopenahuer afirma que la voluntad es insaciable porque nos lleva a una profunda infelicidad y desdicha. El hecho de no tener nunca bastante fama, poder o patrimonio (por ejemplo) no permite gozar de lo que se tiene, ya que la servidumbre a la voluntad produce que se desee más y más. Arthur propone dos salidas a esta rueda: La experiencia estética o una vida de santidad basada en la aniquilación de la voluntad mediante la renunciación, resignación y compasión.
    El hombre dispone de un mecanismo moral para mitigar el sufrimiento en el mundo, la inacción. Frenar la voluntad a través de la renuncia de los deseos hasta suprimir el egoísmo.  Por ello se lo llamaba el santo laico.

    La gran enseñanza del pesimismo de Schopenahuer es que no estamos aquí (en este mundo) para disfrutar y pasarla bien.

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