Moisés y el monoteísmo
Moisés en lengua hebrea suena a
Mosche. El capítulo II del Éxodo nos cuenta que una princesa egipcia salvo del
Nilo a un niño, del cual proviene la etimología del nombre: al que yo he salvado de las aguas. Pero esta explicación
es insuficiente ya que la forma hebraica Mosche significa "el que
extrae". Esto resulta insostenible y la objeción tiene como base, en primer
término, que una princesa egipcia
utilizase un nombre derivado del hebreo y, en segundo lugar, el agua de donde haya
sido extraído es muy probable que no tenga relación con el Nilo.
Varios autores sospechan que el nombre Moisés
deriva de la lengua egipcia. La palabra egipcia Mose significa niño, y era la abreviatura de nombres egipcios. Por
ejemplo Amen-mose (significa niño Amón) o Ptha-mose (niño Ptha). La forma Mose
se encuentra en numerosos monumentos egipcios. Hay reyes egipcios como Ah-mose,
Thut-mose (Thothmes) y Ra-mose (Ramses).
La s del final del nombre Moses derivase de
la traducción griega del Antiguo Testamento. No pertenece al hebreo, ya que en
esta lengua el nombre es Moshe.
Quien tiene un nombre egipcio es egipcio, y
esto se justifica más en la antigüedad.
Otro punto importante consiste en que cuando
un mito o una leyenda se la quiere pasar por una personalidad histórica lo que
importa es la realidad. En el caso de Moisés la familia que realmente existe es
en la cual el individuo ha nacido y crecido, en cambio, la familia ficticia es
la que la fábula lo ha transformado en judío.
Moisés es un egipcio que la fábula ha
transformado en judío.
Cuando un pueblo o una tribu erige una
empresa es de esperarse que el jefe sea elegido del mismo pueblo que mantenga
su cultura. Más teniendo en cuenta el desprecio, muy conocido, que sentían los
egipcios por los pueblos extranjeros. ¿Puede un solo hombre crear con facilidad
una nueva religión?, ¿no es más natural que lo atraiga a su propia religión?
Habría que pensar que de haber sido egipcio Moisés la religión implantada debió
ser la de ese pueblo. Y queda la posibilidad de que la religión que Moisés dio
al pueblo judío fuese una religión egipcia, aunque no la egipcia.
En la dinastía XVIII subió al trono egipcio,
en el año 1375 a.C., un joven faraón que se llamó Amenhotep. Este rey dio a sus
súbditos una nueva religión, se trataba de un severo monoteísmo. Pero el
reinado de Amenhotep duró sólo diecisiete años. Durante el reinado de Amenhotep
III, el padre y antecesor del reformador, la adoración al Dios del Sol único
adquirió un nuevo matiz; en oposición al poderoso Amón de Tebas.
En nombre del Dios del Sol, Atón o Atum, el
joven rey halló un movimiento que hizo suyo. Gracias a las conquistas de
Tothmes III, Egipto añadió al reino Nubia, al sur; Palestina, Siria, y una
parte de la Mesopotamia, al norte. El faraón amplio los límites del imperio
egipcio extendiendo la influencia de su nueva divinidad. Amonhotep rendía culto
al Sol. En dos himnos dedicados a Atón se adora al sol como creador y
mantenedor de todo lo que vive. Tiene un parangón en los Salmos, siglos más
tarde, con que honraría el pueblo judío a su Dios Jehová.
El rey egipcio transformo el politeísmo con
la doctrina de un Dios universal y con un riguroso monoteísmo, con total
exclusión de otras deidades. Un himno de Atón dice claramente: "Oh, tu
único Dios a cuyo lado no hay ningún otro."
Había, en aquella época, una violenta oposición de los sacerdotes de
Amón. Esto influyo de tal manera que fue prohibido el nombre del Dios Amón y, además, Amenhotep sustituyó su nombre
por Akhenatón. El odiado dios no solo desapareció de su nombre, sino también
todas sus inscripciones. Poco después Akhenatón abandonó la ciudad de Tebas y
construyó rio abajo una nueva residencia que denomino Akheatón (horizonte de
Atón). En la actualidad sus ruinas se llaman Tell-el-Amarna.
Si Moisés hubiera sido egipcio y hubiera dado
a los judíos su propia religión, ésta sería la de Akhenatón, es decir la
religión de Atón. Ambas son formas de un severo monoteísmo y concuerdan en sus
características fundamentales.
El monoteísmo judío se presenta más severo
que el egipcio, por ejemplo cuando prohíbe terminantemente toda representación
material de los dioses. Y en la religión judía se abandona completamente la
adoración al sol, que se mantiene en la egipcia.
Akhenatón tenía que luchar contra la religión
del pueblo en la que el dios de los muertos, Osiris, desempeñaba un gran papel.
Tal vez por ello, en la religión judía nada se dice del más allá ni de la vida
después de la muerte.
Cuando se trata de establecer de donde los
judíos adquirieron la costumbre de la circuncisión solo se encuentra una respuesta:
de los egipcios. Heredoto nos cuenta que la costumbre de la circuncisión de los
egipcios data de largo tiempo y se confirma por la observación de las momias y
las paredes de las sepulturas. Ningún otro pueblo del Mediterráneo oriental
tenía esa costumbre, puede afirmarse que
los semitas, babilonios y sumerios no estaban circuncidados. No existe
la posibilidad que los judíos adquiriesen la costumbre de la circuncisión de
otra parte. La circuncisión, por regla general, es un sacrificio simbólico.
Siguiendo con este argumento carece de
sentido que Moisés, suponiendo que era judío, quisiera a su pueblo libertar del
cautiverio de los egipcios y seguir una costumbre que procede de los egipcios
(si se quisiera desarrollar una existencia nacional, independiente y autónoma).
Al contrario, despertaría un recuerdo de servidumbre.
Si Moisés introdujo en los judíos la
costumbre de la circuncisión fue porque él no era judío, sino egipcio. Y es muy
probable que Moisés dio a los judíos la religión mosaica que es egipcia, aunque
no la común de ese pueblo, sino la de Atón.
Sí Moisés vivió en la época de Akhenatón, y
suponemos una relación con este rey, aparece una posibilidad que explica todos
los enigmas.
Quizás Moisés era miembro de la casa real,
como afirma la leyenda, y supongamos que era un hombre importante. Debería ser
de gran capacidad, ambicioso, activo, quizás también soñaba con dirigir algún
día su pueblo y dominar el reino. En tal caso, vio trastornadas sus esperanzas
e ideales a la muerte del rey. No abandonando sus convicciones, si seguimos
especulando, Egipto nada podría ofrecerle y se consideró ajeno a su patria. Los
sueños de Akhenatón eran rechazados por su pueblo y al destrozarse su imperio
Moisés tomo su legado, trazó un plan de fundar un nuevo reino con un pueblo que
rindiese culto a la religión abandonada por los egipcios.
El éxodo de Egipto debió ser entre 1358 y
1350, es decir, después de la muerte de Akhenatón y antes de que Haramhab
asumiera la autoridad del Estado.
Cuando se acepta que la circuncisión es una
costumbre egipcia, introducida por Moisés entre los judíos, se deduce que la
religión que él les dio era también una religión egipcia. Quien niegue este
hecho tendría también que negar cuanto se refiere al problema de la
circuncisión.
Jehová impuso a Abraham como signo de la
unión entre él y su descendencia la circuncisión, pero se trata de una ficción
torpe. El hecho de que la circuncisión fuese habitual en Egipto no podía ser desconocido
por los israelitas que crearon los textos bíblicos, no debían ignorarlo pero
tenían que negarlo a cualquier precio.
Sino un israelita que se trasladase a Egipto tendría que ser considerado
como hermano en Jehová de todos los egipcios.
Al que desee
profundizar el tema, me remito a la fuente Moisés
y la religión monoteísta de Sigmund Freud.
Nelson
Kuidef
No hay comentarios:
Publicar un comentario