miércoles, 6 de agosto de 2014

Extraño perro

Extraño perro

   Habían viajado por placer a Río de Janeiro del verde Brasil.
   Un día antes de emprender el regreso, recorrían un feria en una plaza en las afueras de la ciudad. Acaecía un puesto donde vendían una extraña mascota a un precio irrisorio, los niños estaban fascinados con el animalito y, con insistencia, lograban persuadir a sus progenitores que lo adquiriera.
   El mercader decía que era una raza de perro cruza de chihuahua con pequinés. Era chico de tamaño y poseía un prominente hocico.
   La nueva mascota se adaptaba sin ninguna complicación al nuevo hogar. Lo que verdaderamente llamaba la atención era el voraz apetito que tenía. Al principio consumía el típico alimento balanceado, sin embargo, no saciado seguía comiendo todo alimento que encontraba. La gula era incontrolable.
   Un día por la mañana el jefe de la familia al levantarse para desayunar encontraba una muy desagradable sorpresa. El felino, compañero de mascota del perrito, se hallaba muerto quedando únicamente la cabeza.
   Inmediatamente acudieron a un veterinario para consultar sobre lo que sucedía. Ellos contaban lo referido y sospechaban que la nueva mascota tenía rabia.
   El experto les pidió que les trajeran al canino para examinarlo. El profesional, luego de haberlo observado con atención, sentenciaba sin vacilación: "No me cabe la menor duda que tienen que sacrificar este animal, ya que no es un perro sino que es una subespecie de rata selvática."

NF

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