lunes, 1 de junio de 2015

Raquel

Raquel

Peor es estar casado y dormir solo, meditaba. Fui detrás de un bagarto con tacones, no tenía a quién esperar. Cada uno hace lo que es posible para sobrevivir y hace mucho que no tenía una alegría. Quienes saben esperar encuentran buenas cosas, pero solo las que dejaron otros. Buscaba cambiar, hacer algo que nunca hice antes.
  Alguna vez dije que no hay paraíso para los solitarios.
  Muchas veces deambulaba por el arrabal con una calza negra de verano -que marcaba su culo- y la crencha suelta teñida al sol. Mis amigos la apodaban "la travesti"; ya que de lejos parecía una mujer. Pero, observándola detenidamente, seguía teniendo cuerpo femenino con rostro de macho.
  Un viernes, que caminaba cerca de mi casa, me acerque a ella y le pregunte si quería pasar a tomar unos mates escuchando un poco de música; ella contesto: "Cuando salga del laburo paso". Me sentí sucio.
  La esperé en la vereda mientras mi boca lanzaba humo.
  Como sentía vergüenza por mi invitada la hice transitar por el pasillo del costado de mi hogar (para que no la viera mi madre). Su boca era un cenicero y sus ojos tristes. Abrí la puerta de atrás e ingresamos a mi atorradero, la invite a sentarse en una de las dos sillas que disponía.
  -¿Qué música querés escuchar?
  -Me gusta la bachata -contesto.
  Tras un pequeño debate acerca de que música escuchar,  negociamos en colocar en la compactera un mp3 de Calamaro.
  -Ahora voy a preparar el mate -y agrego- ya regreso.
  -Okey, te espero.
  Mientras calentaba el agua en la pava pensaba "La verdad que le estoy haciendo un favor a esta mina."
  Regresaba con el termo y el mate al atorradero y me pregunta.
  -¿Le pusiste una cucharada de azúcar al primero?
  -Sí, como vos me pediste.
  Mientras llevábamos a nuestros labios la bombilla, Raquel -con voz triste- me relataba detalladamente el maltrato que recibía por parte de una anciana que cuidaba a dos cuadras de donde vivía. Una fuerza superior me empujaba a soportar su relato.
  Encendía la computadora y le digo si quería ver un "video de acción". Ella accede.
  Nuestras sillas juntas, muy juntas, miraban el monitor. Cuando se acercaba una escena donde había un petardo puse mi mano en su muslo (...) comenzaba Sasha Grey a tragar y Raquel expresó "hay que asco" , mi pantalón se había hinchado . Mis dedos  inquietos seguían deslizándose lentamente pero, cuando se aproximaron a su entrepierna, las detuvo exclamando "pará acá."
  A veces hacer lo correcto es hacer lo incorrecto y me disponía a manosear nuevamente, cuando la percanta me preguntó:
  -¿Dónde puedo echar un meo?
  Yo conteste anda a la puerta que está ahí en la izquierda.
  La naturaleza es impredecible, de nada sirve violentar un destino que no me pertenece. Reflexionaba que es inútil forzar una situación que no existe.
  En seguida puse Babasónicos. Coloqué esta vez mi mano solo un poco arriba de su rodilla que intentaba subir.
  -¡Uh! Me cagué -juntando sus manos en la nariz.
  -Asquerosa -apartándome con la silla-, sos una asquerosa.
  -Es que el mate me da gases.


nf

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