Luz de un domingo
Una tarde de domingo partimos con el Fiat
128 a la costa del río, el plan es pasar una tarde de pesca en familia. Saque
mi caña mojarrera y me retiro en un pozo donde hay buen pique, me fascina ver
hundirse la bolla para (luego) pegar el tirón con la caña y atrapar la presa.
He sacado varias mojarras y bagres pequeños, mi padre aparta tres mojarras para
carnada de anzuelos más grandes. Las demás las freímos, no disfruto de nada más
rico que comer pescado fresco en el mismo lugar de donde fue capturado. Más
tarde mis progenitores fueron con líneas
y anzuelos grandes, en un lugar aislado, a pescar peces gordos.
Yo me siento solo y aburrido, comienzo a caminar y recorrer el lugar. Dos hombres están
pescando solitariamente del resto. Cuando deambulo cerca uno de ellos me señala
“Ven, acércate”. Algo me movió y me arrimo.
-¿Cómo te llamas? –pregunta el mayor.
-Me llamo Martín.
-¿Qué tal estuvo la pesca hoy?
-Me dediqué solamente a mojarrear, todavía
no aprendí a pescar peces grandes.
-A está muy bien –agrega- tu crees en Dios.
-Sí.
-Entonces, sabes quién es Jesús.
-Sí, es el hijo de Dios.
-Es el único y verdadero mediador entre
Dios y los hombres. Él es el mejor amigo que un niño puede tener. En Él puedes
confiar ciegamente, siempre te va a escuchar.
-Nosotros –dice el otro hombre- estamos a
prueba en este mundo.
-Jesús se hizo semejante al hombre –dijo el
otro individuo- pero también es la única fuente de la verdad ya que está unido
a Dios, su padre. El nombre de Jesús está sobre todo nombre (en la Tierra y en
el Cielo). Cristo fue obediente hasta la muerte, y muerte en la cruz. Él
predico con el ejemplo y realizo muchos milagros para que las personas no
desconfíen de su divinidad.
-Hubo muchos profetas antes que Jesús, pero
únicamente Jesucristo dijo de sí mismo que es el Hijo de Dios. Cristo está por
encima de todos los profetas.
-¿Qué debo hacer para ganarme el cielo?
–pregunto.
-Ante todo debes creer en Dios y su hijo
por sobre todas las cosas. Y en segundo lugar, obedecer (en todo lo posible)
sus enseñanzas. La obediencia a Dios es el camino al Paraíso.
-¿Qué es el cielo?
-Dios está en todas partes, de manera especial habita en el cielo. Habitar
el cielo es participar de la vida eterna con Dios –y agrega- el mundo es algo
que no nos pertenece, debemos rechazar sus tentaciones y deseos porque
constituyen la perdición de los hombres. No debes aferrarte a nada del mundo.
-¿Porque a veces no se cumple lo que pido a
Dios? –interrogo nuevamente.
-Dios obra de forma misteriosa, pero Él
cumple sus promesas. Aunque muchas veces no de la manera que nosotros
imaginamos o pensamos. Debes aceptar personalmente a Jesucristo en tu corazón como
tu salvador.
Mi madre me llama y me despido (estrechando
las manos) de los dos hombres. Durante el recorrido de regreso a mi casa me
pregunto “Cómo será el reino de los cielos”. Volví a mis quehaceres habituales
y a aquellos dos señores (con los que converse) no los he vuelto a ver.
NF
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