domingo, 6 de diciembre de 2015

Aspecto psicológico de la navidad

Sobre el aspecto psicológico de la navidad

   El veinticinco de diciembre es el solsticio de invierno, y por esa fecha los egipcios festejaban el nacimiento de Horus (hijo único de Osiris y considerado el iniciador de la civilización egipcia). Es decir, el origen de la fecha del natalicio del niño-dios no se eligió al azar, está basado en una fecha pagana.
   Una y otra vez se repiten en los mitos el nacimiento milagroso de un héroe: Generalmente narran un origen humilde y poseedores de una fuerza sobrehumana. Estos mitos cuentan luchas triunfales del semidiós contra las fuerzas del mal y, finalmente, su caída por una traición o un sacrificio heroico. Estas historias sobre el héroe tienen el cometido de desarrollar la consciencia del ego individual, en otras palabras, que cada persona se dé cuenta de su propia fuerza y debilidad. El ego necesita fortalecerse cuando la mente consciente necesita ayuda que no puede realizarlo solo el inconsciente; es allí donde se recurre al símbolo del mito (en este asunto el héroe de la natividad).
   La "creación cristiana" de la navidad obedece al simbolismo de renacer. Es una reliquia de una fiesta muy antigua (un rito solsticial) que traía la esperanza de renovar el paisaje invernal del hemisferio septentrional. Osiris, Tammuz, Orfeo y Balder también tuvieron un nacimiento divino y fueron muertos y resucitados.
   La fecha elegida es la misma que el nacimiento de Horus, Mithra, Dionisio (Dionysus), Attis, Krishna, Tammuz, Adonis, Heracles, Hermes, Prometeo; entre otros. Estas historias circulaban muchos siglos antes del nacimiento de Jesús.
    Explique en otro lugar (Asera: La esposa de Dios) que el árbol de navidad es una reminiscencia de Asera. Asherah era considerada, por el pueblo judío, la esposa de Dios y se la representaba con un árbol (era conocida como la diosa del árbol). Desde hace mucho tiempo existe la costumbre de adornar los árboles y probablemente los alemanes fueron los primeros en decorar árboles para conmemorar la navidad.

 Nelson Kuidef



martes, 1 de diciembre de 2015

Visión de Kierkegaard y Schopenahuer

  Kierkegaard y Schopenhauer
 
   Lo más importante es encontrar una verdad que sea para mí. ¿De qué me sirve encontrar una verdad a través de otro?
    El conocimiento debe alcanzarse intencionalmente y de una experiencia adquirida por uno mismo; otro no puede tener el saber que adquirí ni las experiencias por las cuales pasaron mi vida.
   Kierkegaard pone énfasis en el contacto individual con la divinidad, al margen de la mediación de la iglesia entre ambos. El danés lleva al extremo la relación íntima y personal con Dios.
   Schopenhauer y Kierkegaard coinciden en situar el origen del pensar humano no el pensamiento mismo, más bien, en el sentimiento: el sentir y el deseo es lo fundamental. Ellos consideran que el discernimiento no es puramente abstracto (racional). Y comparten que el conocimiento se motiva y basa en la experiencia directa y personal de la vida, en la dimensión interior por vía intuitiva. El pensamiento debe ser una reflexión a partir de lo que se experimenta en la vida a través del padecimiento. La búsqueda de placeres precipitan en la frustración y el sufrimiento. Estos dos grandes pensadores buscan una salida a este circuito de sufrimiento y dolor.
   Arthur recomienda reprimir los deseos, renunciar a las ambiciones y compadecer a los demás  -en suma, a suprimir la voluntad y el deseo. Soren, en cambio, propone la interioridad subjetiva -con la afirmación y el deseo; el fin es acercarse a Dios trascendente, personal  y amoroso.
   Kierkegaard (1813 - 1855) llegó a tener un conocimiento tardío de Schopenhauer (1788 - 1860), en su diario en 1854 expresó: "A. S.  es sin duda un escritor destacado; me ha interesado mucho y me asombra encontrar un autor que, a pesar de un desacuerdo absoluto, me afecta en tantos puntos."
   Sin duda estos dos grandes filósofos contemporáneos, que no conocieron bien sus respectivas obras, se habrían respetado.
   Según el pensador alemán,  el mundo se manifiesta como voluntad de vivir; este querer supone insatisfacción y dolor. La voluntad de vivir es insaciable. Kierkegaard considera que la existencia y el cambio no pueden pensarse y propone que existen tres estadios morales y filosóficos: estético, ético y religioso. El cambio de un estadio a otro, afirma, son voluntarios y se dan con un salto cualitativo. Estos saltos son movimientos de fondos psicológicos y espirituales de la interioridad personal. Los saltos son y deben ser individuales; no hay que esperar que lo haga otro.
   El ser que se entrega al goce de la vida inmediata termina experimentando en su interior insatisfacción y tristeza, es decir, melancolía. El ser que padece melancolía se halla ante una alternativa, asevera el filósofo danés, abrazar la fe religiosa o sumirse en la desesperación. La desesperación representa perder la espiritualidad (perder a Dios) y perderse a sí mismo.
   Prosigue expresando que se alcanza la desesperación cuando se toca fondo en la existencia estética y, de tal modo, el individuo se reconoce como espíritu. Este reconocimiento de sí mismo, producido por la melancolía o desesperación, es doloroso y experimenta el pecado y el arrepentimiento. Esa lucha es el arrepentimiento en dirección al pasado, la familia y la especie; en este descubrimiento el pecado en el interior causa angustia. Pero así como interiormente el individuo reconoce la angustia del pasado, percibe al mismo tiempo su naturaleza libre. Entonces tenemos el pasado como culpa y el futuro como libertad. Afirma Kierkegaard que el bien y el mal solo son posibles si el ser es libre.
   Según el estadio que se encuentre el individuo es la categoría de sentimiento y pensamiento, en otras palabras: En el estadio estético rige la oposición: placer - dolor; en el estadio ético el binomio moral: bien - mal; y en el estadio religioso el par: pecado - fe.
   A continuación, el danés, describe que se sale de la esfera estética y se accede a la ética cuando se asume el arrepentimiento, la obligación y el compromiso, que reemplazan al deseo de vivir el instante. El sujeto se elige a sí mismo aceptando el compromiso y la individualidad. En este estadio el individuo acata voluntariamente las normas que él mismo se ha impuesto, es una elección de carácter moral que consiste en el cumplimiento del deber (hacer lo que se debe). Kierkegaard lo caracteriza como vivir no según los deseos sino según las normas morales.
   Si el individuo se sustrae de la sensualidad y se elige a sí mismo es capaz de propiciar la apertura hacia la divinidad mediante la experiencia directa y el apasionamiento irreflexivo. La elección, en caso de ocurrir, es necesariamente libre y comprometida. "Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser un hombre."
   Kierkegaard siente que la verdadera alternativa se encuentra entre los dos estadios fuertes: El estético y el religioso; ya que alguien con una vida estrictamente moral en su interior ya está participando del estadio religioso. Lo contrario, una vida moral que no coincide con los actos exteriores pertenecen a la esfera estética.
   En el pensamiento del danés, la entrada a la esfera religiosa es la forma más elevada de individualidad y sucede con el salto de la fe. Es una vivencia límite que se experimenta interiormente y no se puede transmitir con palabras. Aquí nos encontramos con un misterio incomunicable por vía conceptual, porque la fe es irracional y es ahí donde termina el pensamiento.
   Lo contrario al pecado es la fe, sostiene Kierkegaard (a diferencia de los cristianos que afirman que consiste en la virtud). La aceptación de la fe implica no tener ninguna garantía, ni prueba, ni certeza. O se acepta totalmente o se rechaza de plano que Jesucristo es Dios y hombre al mismo tiempo. Esa paradoja es absoluta e incomprensible para la razón.
   Concluye el filósofo danés dilucidando que el camino es angosto y solitario. Se prescinde de cualquier compañía y aceptación humana; por eso llama a este individuo "caballero de la fe" ya que es una vivencia solitaria y espiritual.
   El caballero de la fe no está llamado a cumplir ningún acto visible, ningún rito, ni ceremonia. Ni siquiera debe adoptar un modo de vida exterior, ya que no se distingue por rasgos externos. Tampoco debe ser un ermitaño. No se preocupa por la aprobación de los demás, ni ambiciona éxito alguno. Llega a ser un individuo que tiene una relación íntima con Dios.

   Kierkegaard junto con Schopenhauer son los dos pensadores que más han penetrado en la cultura contemporánea. Schopenhauer es citado como el filósofo del pesimismo y Kierkegaard suele ser citado como el pensador de la angustia y la desesperación. Muchos identifican a estos dos caballeros por su desesperanza hacia la especie humana y el tenebroso camino de la espiritualidad que proponen. La diferencia, tal vez, es que el danés muestra una salida espiritual (estadio religioso) de una vida plena y luminosa.


  

domingo, 1 de noviembre de 2015

Siete arcángeles

7 arcángeles

    Hace tiempo tuve la "visita" de dos testigos de Jehová. En aquella oportunidad me plantearon que Jesús es la reencarnación del arcángel Miguel y sentenciaron que Miguel es el único arcángel de La Biblia. Contesto que el ángel Gabriel (conocido como el ángel anunciador) es también un arcángel. Ahí hubo una pequeña discusión. Ellos sostienen que Gabriel es un ángel no un arcángel. Agrego que hay millares de ángeles y entre los arcángeles conforman (que conozco) el arcángel Rafael y una vez leí sobre la existencia del arcángel Uriel. Leyendo acerca de la pintura de La Virgen de las Rocas, de Leonardo Da Vinci, describe la presencia de este arcángel en la obra pictórica.
    Ellos, haciéndose los distraídos, me preguntaron ¿En qué parte de La Biblia figura el arcángel Rafael? Repliqué naturalmente "En el Libro de Tobías."
    Los testigos dubitativos se retiraron; por mi lado emprendo una investigación que voy a compartir.
    En primer lugar, La Biblia habla en la Epístola universal de San Juan Apóstol en el versículo 9:  "Pero cuando el arcángel Miguel luchaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda". Acá quiero dejar en evidencia la hipocresía de la enteomanía de los testigos de Jehová, ya que si el Salvador fuera la reencarnación de Miguel no se comprende que haya enfrentado al diablo de esa manera (temiendo). Sí esa secta afirma que La Biblia no dice lo transcripto es porque tienen una biblia falseada y adulterada.
    Miguel en hebreo significa literalmente ¿Quién como Dios? La terminación del sufijo el (Elohin) se traduce como Dios. Así, proviene Dios.. tal cualidad.  A modo de ejemplo, Rafa-el se traduce como "Medicina de Dios" o también "Dios sana". Miguel es considerado como capitán o jefe de los ejércitos celestiales.
   El significado de Gabriel es "Fuerza de Dios" o "Poder de Dios". Es el segundo de los arcángeles que cita La Biblia, solamente me remito a recordar (con respecto a Gabriel) que es uno de los principales mensajeros de Dios.
    Lo escrito anteriormente es conocido por la mayoría, ahora viene lo más interesante.
    El Libro de Tobías (conocido también como el Libro de Tobit)  es un libro aceptado en el canon de las comunidades judías de la diáspora, por todas las iglesias ortodoxas, y también es aceptado por la iglesia católica. Este libro fue rechazado por los judíos rabínicos y los protestantes, he aquí  una primera explicación de la ignorancia de los sectarios testigos.
    En el Libro de Tobías capítulos cinco y seis narra que Rafael fue enviado por Yahvé para acompañar a Tobías en un largo y peligroso viaje para conseguir una suma de dinero que le debía Gabael al padre (que padecía una ceguera). En principio Rafael se presenta como Azarías, hijo del gran Ananías. Una misteriosa persona que, en busca de trabajo, se ofrece como guía. Durante la travesía "Azarías" da instrucciones a Tobías de pescar un pez del que extrae la hiel, el corazón y el hígado del pescado. A lo que el ángel indicó "Si a un hombre o una mujer le dan ataques de un demonio o un espíritu malo, se queman allí delante el corazón y el hígado del pez, y ya no vuelven los ataques. Y si uno tiene nubes en los ojos, se le unta con la hiel; luego se sopla, y se sana". Tal era la situación de Sara (luego esposa de Tobías)  quién había visto morir a siete prometidos debido a un demonio (Asmodeo) que estaba enamorado de la mujer y mataba al esposo en la noche de bodas.
    A continuación, que por otro lado es una historia maravillosa, Tobías conoce y se enamora de Sara desde el primer momento y obedeciendo al ángel quema el corazón y el hígado del pez, alejando al demonio para siempre. Al regresar al hogar, Tobías unta la hiel del pez sobre los párpados de Tobit (su padre) y al soplarlo desaparece la ceguera. Finalmente el misterioso acompañante se manifiesta como Rafael,  "uno de los siete en la presencia del Señor."
    Debido a esto, Rafael es considerado protector de los novios. Pero, hay que aclarar, protege a las parejas ya constituidas. No promueve los noviazgos.
    Hay un antiguo adagio que reza que los libros llevan a otros libros; tal como acontece con quién está narrando lo que están leyendo. Una página me llevó a otra y así me encontré con la iglesia copta. Esta iglesia tiene su propio papa, pero lo más atrayente es su visión amplia del canon de La Biblia.
     El canon de la iglesia copta contiene todos los libros del Antiguo Testamento y La Biblia de los setenta. Pero incluye otros libros de la iglesia ortodoxa: Salmos 151, La Oración de Manasés, el Libro III de Esdras  y el Libro III de los Macabeos. Además (de los ortodoxos) contiene: El Libro de Enoc y El Libro de los Jubileos. Los dos últimos citados no son reconocidos por el patriarcado copto de Alejandría.
    Salvo esta aclaración porque todo me condujo hasta a el Libro de Enoc; muy atractivo porque no solamente no contradice ni modifica las demás escrituras sino, más bien, que amplía y complementa la descripción de La Escritura Sagrada.
    El Libro de Enoc en los capítulos seis y siete narra que la Tierra estaba poblada por hijos del cielo (llamados Los Vigilantes) y hombres. Los Vigilantes desearon las mujeres de la tierra y engendraron hijos. Su jefe principal era Shemihaza. Todos estos ángeles tomaron mujeres y escogían algunas para enseñarles  sobre las plantas, brujería y magia. Estas mujeres quedaron embarazadas y parieron gigantes; estos Nefilim crecieron y devoraban todo el trabajo humano hasta quedar sin abastecimiento. Los gigantes se volvieron contra los humanos y los mataban y devoraban.
    El capítulo ocho describe que Asael (uno de los jefes) enseñaba a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre. A las mujeres les enseño sobre el maquillaje de los ojos y las tinturas. Shemihaza enseño encantamientos y Hermoni a romper hechizos. De tal manera todo estaba corrompido y los hombres estaban siendo aniquilados. Concluye este capítulo que sus gritos llegaban hasta el cielo.
     El capítulo nueve comienza expresando que Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaban desde el cielo la injusticia y la sangre derramada sobre la Tierra. Estos cuatro arcángeles llevaron la causa al Altísimo.
     El capítulo diez expresa que el Altísimo habló y envió a Sariel con Lamec. Y le dijo "Ve hacia Noé y dile en mi nombre "escóndete", y revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá."
     Es realmente seductor todo lo narrado por este libro, de una gran belleza, ya que cuenta mucho más detalladamente lo acontecido en los tiempos de Noé.
     En este capítulo, también, el Creador envía a Gabriel y Miguel como mensajeros ante Los Vigilantes anunciándoles que no le quedan muchos días y que ninguna petición será recibida y que sus hijos perecerán junto a sus mujeres cómplices.
    Los Vigilantes, posteriormente, fueron encadenados en prisiones eternas.
    El capítulo veinte enumera los arcángeles que vigilan. Solo voy a limitarme a los que aún no fueron presentados.  Uriel, uno de los santos ángeles, es llamado el del trueno y el temblor. Raguel, otro de los santos ángeles, se venga del mundo de las luminarias. Remeiel es el santo ángel que Dios ha encargado para los resucitados.
   Para concluir, a continuación, las lista de los siete arcángeles :
     Rafael
     Miguel
     Gabriel
     Uriel
     Raguel
     Sariel
     Remeiel

Nelson Kuidef
   
   


jueves, 1 de octubre de 2015

Asera: La esposa de Dios

Asherah: La esposa de Dios

   Dios tenía una esposa. A nosotros nos hacen creer que Dios (Yahvé) es único y solitario pero junto a Él ,en el templo, se adoraba a su esposa. Antes del monoteísmo judío, se consideraba la divinidad como una pareja: el Dios Padre y la Diosa Madre. Hay sobre esto evidencia arqueológica y bíblica.
  La Biblia admite que la diosa Asera (Asherah) también llamada Astarot, era adorada en el templo de Yahvé en Jerusalén (templo de Salomón).
  2 Reyes 21:7 "También puso una imagen de Asera hecha por él en la casa de Jehová..."
  2 Reyes 23:6 "Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová..."
  A Asherah se le rendía culto encendiendo una fogata en su honor y se quemaba incienso. Su nombre se traduce como la diosa del árbol de la vida y también se la vincula con el mar: Señora del mar o Aquella que camina sobre el mar.
  El símbolo de Asera era un árbol, otras veces se la representaba con una serpiente. Resulta muy curioso que los dos principales símbolos al comienzo del Génesis, en la creación del hombre, son el árbol del conocimiento (o árbol de la vida) y la serpiente. Era considerada la "reina de los cielos" y de la fecundación.
  Jeremías 7:18 "Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo..." Hay otras referencias de Jeremías a la reina de los cielos en  44:17,18,19,25.
  Las reseñas de La Biblia a Asera son muchísimas, solo pondré algunas para el que desee investigar:
   Éxodo 34:13
   Deuteronomio 7:5   12:3   y  16:21
   Jueces 3:7  y   6:25,26,30
  1 Reyes 14:15, 23    15:13   16:33   y   18:19
  2 Reyes 13:6   17:10,16    18:4    21:3,7    y    23:4,6,7,14,15
  2 Crónicas 14:3  15:16   17:6    19:3   24:18    31:1    33:3,19    y   34:3,4,7
  Isaías 17:8   y   27:9
  Miqueas 5:14
  El culto de Astoret en Canaán, muy cerca de Israel, hacía que muchos israelitas le rindieran culto. Jueces 2:13 y 3:7   
  Los viajeros y comerciantes de Israel cuando se desplazaban antiguamente por los pueblos pedían protección y bendición de "Yahvé y su esposa Asera". Aquí hay una evidencia (que constatan los arqueólogos) que se presentaba a Yahvé y Asera como una pareja divina.
  Asera no fue mencionada enteramente en la Biblia porque sus editores eran masculinos. Hay algunas traducciones de Asera como "árbol sagrado".

  Hace mucho tiempo se veneraba los árboles. Los babilonios, por ejemplo,  pensaban que los árboles eran seres humanos reencarnados y los romanos creían que las ramas verdes de un árbol traían buena suerte.
  El árbol de navidad tiene una historia antigua, muchos siglos antes de la venida  del Mesías. En La Biblia la adoración de los árboles se lo llamaba "árbol para Asera". Los paganos junto a sus templos y altares plantaban árboles sagrados que representaban la reencarnación. Deuteronomio 16:21 dice: "No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová, tu Dios, que hayas edificado."
  Desde hace mucho tiempo existe la costumbre de adornar los árboles. Probablemente los alemanes fueron los primeros que usaron árboles como decoraciones navideñas. La gente de Escandinavia, por otro lado, los adoraba.
  De lo escrito se desprende que la costumbre del árbol de navidad es una reminiscencia de Asherah.

Nelson Kuidef
 


María Magdalena: La esposa de Jesús

Magdalena: La esposa de Jesús

  La Biblia no expresa en forma literal que Magdalena fue esposa de Jesús, pero hay varios indicios de ello.
  Una primera prueba puede considerarse la boda de Canaán, algunos sugieren que se trata de la boda del propio Jesús con María Magdalena.
  Hay en segundo término una  prueba sobre el matrimonio de Cristo. José, el padre del Salvador, educó a Cristo en la ley judía. Por tanto, José tenía tres principales deberes con su hijo:
  1- Educarlo en la fe judía.
  2- Enseñarle un oficio o profesión.
  3- Proveerle una esposa.
  Si Jesús fue carpintero y, por los evangelios, se sabe también que Jesús fue educado en la fe judía. Por deducción, José cumplió con los principales mandamientos de la ley hebraica. ¿Porqué no ha de creerse que Jesús tuvo una esposa?
  Las primeras interpretaciones de La Biblia, por parte de los judíos, estaban a favor de la reproducción a través del matrimonio; ya que el Génesis prescribe "Creced y multiplicaos". Pero el cristianismo, en sus dogmas, propone la castidad y la virginidad.
  Una prueba más evidente de la relación de Jesús con Magdalena proviene del Evangelio de Felipe (considerado apócrifo por la iglesia).
  Evangelio de Felipe 32- "Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: Su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera."
  Hay que aclarar que en diversos evangelios apócrifos se refiere a Magdalena como "su compañera". La verdadera traducción de compañera es esposa, en la antigüedad la palabra compañera equivalía a esposa. También varios pasajes de los libros no autorizados describen que Jesús estaba junto a Magdalena, lo que provocaba disgusto entre sus discípulos. El Evangelio de Magdalena describe los celos, principalmente de Pedro, del trato diferencial de Jesús con respecto a Magdalena de los demás discípulos.
  A continuación voy a transcribir el pasaje 55 del Evangelio de Felipe porque es muy interesante.
  "... la compañera de Cristo es María Magdalena. El Señor amaba a María más que a todos los discípulos y la besó en la boca repetidas veces. Los demás le dijeron:  "¿Por qué la quieres más que a todos nosotros?" El Salvador respondió y les dijo: "¿A qué se debe el que no os quiera a vosotros tanto como a ella?"
  Creo, no hace falta agregar, que Magdalena tenía como primer nombre María. Magdalena significa "que proviene de Magdala" o del arameo migdal.
  María Magdalena es una figura muy importante en la historia de Cristo. Fue la primera que lo vio resucitado y lo acompañó en la crucifixión. Sin lugar a dudas, quién haya leído los libros sagrados concluirá que Jesús tenía "un cariño especial" con María de Magdala.
  Las mujeres tenían un papel muy importante en los albores del cristianismo. En el evangelio apócrifo de Magdalena se puede observar las discusiones de ella y Pedro por el liderazgo del incipiente cristianismo.

  El papa Gregorio Magno fue el que expuso la primer gran herejía de la iglesia católica. Gregorio I confunde a Magdalena con una mujer del Evangelio de Lucas, designándola como prostituta. Este papa difamó falsamente a Magdalena como prostituta, como veremos.
  Gregorio I expresó que era una prostituta la mujer que describe el Evangelio de Lucas. El Evangelio de Lucas en 7 :36,50 presenta a una mujer pecadora y arrepentida. A continuación, el Evangelio de Lucas, nos presenta en 8: 1,2 a María Magdalena. Juan, por su lado, relata tres hermanos de Betania (María, Lázaro y Marta) y una mujer llamada María que ungió con perfume los pies del Señor y los secó con sus cabellos. Gregorio Magno "confundió" deliberadamente estos pasajes bíblicos, sin percatarse que se trataba de mujeres distintas (María Magdalena, María de Betania hermana de Lázaro y Marta, y  la pecadora anónima) y además son evangelios distintos.  
  La unción, según Lucas, se llevó a cabo en la casa de Simón el fariseo; mientras que Mateo, Marcos y Juan hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente). María era y es un nombre muy usual. Es totalmente falso ya que el Evangelio de Juan no identifica a esa mujer como una ramera; sino que Judas dice que es una hipocresía que se haya lavado los pies con perfume por qué se lo podría haber vendido... en ningún momento Judas sugiere que fuese una mujer pecadora. Es decir, en ningún momento la narración de Juan describe que esa mujer era prostituta ni que se tratara de Magdalena. Insisto, quiero ser muy claro, ningún versículo de La Biblia expresa que María Magdalena haya sido una prostituta, ni siquiera una pecadora. Cuando La Biblia, en numerosos pasajes, cita a Magdalena, la llama de manera muy explícita María Magdalena.
  La iglesia católica llamaba a Magdalena  "la pecadora arrepentida". Y en realidad fue una ferviente apóstol de Jesús.
  Pablo VI, mucho tiempo después, se refirió a Magdalena como "apóstol de los apóstoles". Pero lamentablemente, hasta nuestros días, nos llega la imagen falsa que Magdalena era una prostituta.
  Sin embargo, la iglesia sigue presentado en la misa a María Magdalena como la pecadora arrepentida.


Nelson Kuidef

lunes, 24 de agosto de 2015

Fábula de la rana y el escorpión

Fábula de la rana y el escorpión

  Un escorpión le pide a una rana que le permita subirse a su lomo para cruzar el río. La rana se niega porque teme que el escorpión le clave su aguijón; a lo que el arácnido responde que eso sería absurdo porque si lo hiciera se ahogarían ambos y él no quiere morir. El anfibio le cree y a medio cruzar el río recibe la picadura mortal. A punto de hundirse,  le pregunta al escorpión porqué a cometido aquella acción; él responde: "Es mi carácter." 

Dilema del erizo

Dilema del erizo
  
  En un día muy helado un grupo de erizos, que se encuentran cerca, sienten simultáneamente gran necesidad  de calor. Para satisfacer su necesidad, buscan la proximidad corporal de los otros; pero mientras más se acercan más dolor causan las púas del cuerpo del erizo vecino.
  El hecho de alejarse va acompañado de un frío insoportable, se ven en el dilema de elegir: herirse con la cercanía de los otros o morir. Por ello, van cambiando la distancia que los separa hasta que encuentran una óptima, en la que no se hacen demasiado daño ni mueren de frío.


Parábola de Arthur Schopenahuer  (1851)

sábado, 1 de agosto de 2015

Negra navidad

Negra navidad 

  El sol deja de respirar y nace la luna en Magdala besando la arboleda. Los escapes de las  motocicletas duermen y despiertan murmullos de grillos. En silencio la lobreguez se apodera de las calles y cambian su aspecto.
  El bar Solos y de Noche abre sus puertas a los que tienen sed.
  Con manos temblorosas sobre el mostrador,  Carlos pide un vaso con vodka seco. Hace diez años, desde que la abandono Mónica, comenzó a chupar como una esponja.
  Mariano y Alberto ingresan juntos y ocupan una mesa junto a la ventana. Mariano es un gran coleccionistas de películas de carne y Alberto hace quince años tuvo un brote esquizofrénico por causa de un gran desencuentro amoroso.
  Mariano ordena una botella de un cuarto de gaseosa y Alberto un vaso con whisky.  Carlos se acerca a la mesa y toma una silla y dice:
  - A naranjita pidió el mariconcito.
  - Es que mi religión no me permite beber alcohol -responde Mariano y añade- lo único que me permito es fumar.
  -¿Alberto hace mucho que no salías?
  - Mi psiquiatra me recomendó evitar hacer vida nocturna para no cambiar el sueño -mientras sorbe un trago.
  -Pasa que para una buena salud es básico alimentarse bien y dormir bien -expresa Mariano.
  -En mi caso -agrega Alberto- Un pequeño desajuste y termino un mes internado. Para colmo esta enfermedad de mierda sale en cualquier momento, sí te haces el boludo con las pastas andas bien un tiempo pero después recaes peor y encima volviendo a tomar una parva de remedios. ¡Es muy puta esta enfermedad!
  - Sí tenes que cuidarte mucho -dice Carlos dándole una palmada en el hombro- cuando estás mejor es cuando mas tenes que cuidarte. Porque ahí es cuando bardeas, vos pensá que estás bien y no pasa nada y después tenes que remarla de nuevo.
  -De chico -comenta Mariano- era sumiso, obediente y muy tímido.
  -Seguro tu padre te cagaba a palos.
  -No solo eso... Cuando mi padre regresaba del trabajo era una pesadilla para mí. Le tenía terror, por eso era muy callado y quieto. Estaba siempre en un rincón en silencio y hablaba únicamente cuando me preguntaban algo.
  -Claudia, mi psicóloga -agrega Alberto- me dijo una vez que no hay que guardarse todo, que las cosas que te molestan hay que decirlas; no callarlas. Muchas veces se repiten sucesos en la vida, cuando sos consciente de ese acto repetitivo hay que intentar modificarlo de tal manera de  romper ese círculo. En caso contrario la fuerza repite tantas veces un suceso hasta que lo transformes; si lo niegas te sometes a ese drama.
  -¿Y cómo te das cuenta de eso? -interroga Carlos.
  -Mira te doy un sencillo ejemplo. Hace más o menos un año me veía con una mina.
  -Raquel -interrumpe Mariano.
  -Sí, la percanta esa. Bueno estuve dos meses sin verla. En ese tiempo la hija de puta no solo no apareció si no que ni siquiera me envió un mensaje. Yo, como me sentía muy solo y angustiado, la volví a invitar a que viniera a mi casa.
  - ¿Y qué pasó?
  -Lo mismo entendés, o sea franeleábamos pero cuando quería ir al entra y sale la mina no quería saber nada.
  -¡Ah! pero es una hija de puta.
  -Además... Me salió que solo quiere ser mi amiga y que prefiere estar sola.
  -No, con razón estás así. Es como que deja mal a todas las mujeres. Es una histérica de mierda.
  Carlos pide al mesero que traiga una botella de vodka mientras los parlantes deslizan una canción del disco Navidad de reserva de El Mató un policía motorizado. Los tres están inclinados levemente hacia adelante con la espalda un poco encorvada. Alberto se acerca a su amigo y pregunta:
  -Che Mariano, te acordá que la otra vez hablamos que los reyes magos llevaron ofrendas de oro, incienso y mirra a Jesús.
  -Sí, me acuerdo.
  -Y te acordás que no sabíamos que era la mirra.
  - Sí boludo me acuerdo ¿Porqué me los decís?
  -Porque un libro me busco y me hablo: Los reyes magos en verdad no eran propiamente magos, eran algo así como sabios que estudiaban astrología y en ningún libro antiguo dice como eran sus nombres. Eso de que uno se llamaba Baltasar y el otro no se qué y que eran de distintas etnias (uno blanco, el otro negro y no sé que más) es una fábula. La Biblia relata que esos sabios, como eran astrólogos, seguían una estrella que indicaba el nacimiento de un gran rey divino; hasta que la estrella se detuvo. Bueno, primera mentira. Las estrellas en nuestra visión no se mueven rápidamente y tampoco dejan una estela. Es decir que "la estrella de Belén" no era una estrella, lo más probable es que haya sido un cometa. Como también las denominadas estrellas fugaces en realidad son meteoritos. Y en cuanto al significado de los regalos es así. El oro es el regalo propio para un rey. El incienso simboliza el origen divino, ya que en tiempos pasados se quemaba incienso para adorar a Dios. Bueno y la mirra era un ungüento que se colocaba a los muertos.
  -¿O sea que Jesús iba a traer muerte?
  -Sí, recordá que Herodes encolerizó cuando no regresaron los "reyes magos" informando donde había nacido el rey divino.
  -Sí y mandó matar a todos los niños menores creo de dos años nacidos en Belén.
  -Es decir que el natalicio de Cristo trajo "amor y paz" es toda una mentira. "Yo no vengo a traer paz sino que vengo a traer espada".  Y lo del 25 de diciembre es otra invención, como dice el libro de Job "Dios, Santo Padre no necesita de nuestras mentiras."
  -Pero todo es un farabute. ¿Por qué nos hicieron creer eso? -Carlos frunce la nariz quedando arrugada-, hemos vivido engañados.
  -Ese día se festeja el nacimiento de papá Noel -todos se ríen.
  -El 25 de diciembre es el solsticio de invierno y en Egipto por esa fecha se celebraba el nacimiento de Orus (padre de los dioses). En realidad estudios científicos, por cálculos matemáticos, revelan que probablemente en el mes de mayo o junio haya nacido Jesús. Cuanto más leas más te acercas a la verdad.
  -Sabes que pasa, me parece, es que en esa época la iglesia fijó esa fecha para contrarrestar los festejos de las fiestas paganas. Hay personas que ven a la autoridad como la verdad y es a la inversa.
  -Que bolazo, como nos cagan a mentiras con los hechos históricos. Pero para el sol no hay nada oculto.


nf

miércoles, 1 de julio de 2015

La amante de Macías

La amante de Macías

  Una mujer reparó en mí. Se llamaba Cris y según los comentarios era la amante de Macías.
  Eso lo deslizó quien nos presentó, un profesor universitario, en un encuentro casual en una librería. Cris me conocía de nombre. Vi sus bellos ojos achinados, envueltos en grandes cejas y sus labios desafiantes. Esos rasgos tendían a disimularse en una imagen etérea. Lo primero que me dijo fue que quería hablar conmigo de ciertos problemas filosóficos. Aunque me advertía ella estudiaba teatro, por gusto, porque nunca iba a actuar, pese a distintos ofrecimientos. Me preguntó si yo no había escrito una pieza de teatro y, socarrona, agregó: entonces tal vez me atrevería. Al responderle que no, me pregunté si no me tomaba por otra persona. No, por supuesto que no, me aseguró y vi que estaba jugando a gusto, por lo cual seguí el tren de sus palabras. Pero ella cambio el ritmo de la charla, hizo una pausa, y con un aparte teatral, dijo: qué aburridos son los intelectuales. Lo dijo con un jadeo ríspido al que respondí, sin darme por aludido, con el asentimiento instantáneo de un hombre experimentado. En ese momento olvidé la referencia de mi conocido: que ella era la amante de Macías. Era algo que no entraba en mi cabeza y lo omití voluntariamente.
  Tomó mi teléfono, dato que le di entre otros sobre mi persona.
  Al otro día me llamó con el tono familiar de quienes han acordado una cita, con una voz dulce y enérgica al mismo tiempo. Esos dos aspectos en ella eran convergentes y pensé en Adversas y en el nuevo realismo de lo incomposible argumentado por el tal Macías.
  Todo lo que lucubré acerca de Macías se disipó en el momento de ir a la cita. Ese día me vestí con cuidado, me afeité bien -tarea que siempre realicé distraído-, y hasta me puse una colonia extranjera que nunca decidí usar. Rosa, la mujer provinciana que hacía las cosas en mi casa y a veces adoptaba aires maternales conmigo, me lo hizo notar sin vueltas:
  -- Parece que el señor se va de fiesta.
  -- ¿Por qué me pregunta eso?
  -- Vamos, a mí no me engaña. Nunca se afeita tan despacio. Tenga cuidado.   Usted necesita una mujer que lo quiera. Usted es muy bueno y hay muchas locas sueltas.
  Le agradezco, Rosa, pero no es el caso, respondí, no sin asombrarme de su olfato para captar una irrecusable presencia femenina. Es una mujer, sí, acepté ante su mirada inquisitorial y le mostré una sonrisa inofensiva.
  Rosa no quedó conforme y se fue murmurando cosas sobre la vida, en el estilo de que ella pasa rápido y que un hombre solo necesita una mujer que lo quiera de veras.
  Cris me había citado en un café del centro. Cuando la vi me di cuenta de que no había advertido toda la serie de matices que obraban en ella. Desplegaba una cabellera larga y serpenteante, caía sobre sus pródigos pezones, y había un llamado desafiante en esos labios, redondos y entreabiertos. Su visión era tan sugerente que al mismo tiempo me apaciguaba. Porque en ese momento ya no sabía si era porque ella era una mujer de Macías que venía a obtener algo o por el alcance que ese rostro de firmes rasgos y pómulos muy marcados que ejercían poder sobre mí.
  Una figura de mujer puede cambiar el tiempo: hacer de él una serie de metrónomos rotos.
  Nadie se ha ocupado de eso científicamente, tal vez porque tenga que ver con la belleza. Newton ha sido refutado en cuanto al efecto a distancia, pero hay presencias que surgen como un estallido seco en una onda de luz y disipan la confusión entre el tiempo y quien vive en el tiempo. Cris causó ese efecto inicial en mí.
  Vi que sus labios ampulosos contrastaban con la languidez de sus ojos. No había leído mis artículos. Entonces me dije que no me conocía sino por terceras personas, seguramente próximas a Macías. Pero ante esa sugerencia me dijo que oyó hablar de ellos:
  -- Hay gente que te admira- me informó secamente.
  Arrojé al ruedo la cuestión de los ángeles y me atreví a pronunciar el nombre de Macías.
  No se sorprendió: no vine a hablar de él, dijo con total desenfado. Vi que esos labios, los tonos muelles, curvos, lechosos de su piel ejercían sobre mí una extraña seducción. Yo necesitaría hablar un poco de cualquier tema. Hubo un minuto de un silencio, casi convenido.
  “Macías”, repitió como para sí con un tinte áspero en su voz: “Me estoy cansando de él y de sus amigos”. Había un dejo de reproche entreverado con un giro melódico que fue para mí como un muro de granito porque adivinaba en él una devoción secreta.
  Por ese solo giro de un golpe ella apareció como la mujer de mi enemigo y me vi ridículo entre rumores, aplausos y muchas risas. Todo esto podía bien ser un plan, imprevisto, que me encontraba en indefensión completa. Adopté una actitud más enérgica. No debía mirar a sus ojos y menos a sus labios porque eso tendía a paralizar mi pensamiento. Insistí. Sin medias tintas, le dije que pensaba que ellos la habían enviado. Ella se preguntó quiénes son ellos y me miró como si estuviera ante un loco. Después lo pensó un momento y me anticipó que iba a decirme lo necesario, porque se lo pedía con tanta ansiedad, pero el tema la aburría.
Contó que cuando lo conoció su vida se transmutó, dio un vuelco vertiginoso: marido, hijo- tengo un hijo varón, al que amo, observó- , su familia, todo eso careció de sentido.
  Su voz por primera vez rechinó. El proponía una nueva forma de vida, algo que yo buscaba desde siempre. Nunca pensé que alguien como él existía, aunque pude imaginarlo.
  Pero yo no tengo nada que ver con ellos, remarcó. Me siento muy lejos de todos, especialmente ahora. Y más en este momento- un color morado detonó en sus ojos.
  Cris por primera vez me miró fijamente a los ojos y sentí que tambaleaba de mi silla. ¿Era para tanto? No porque fuera hermosa, sino que nunca una mujer despertó casi involuntariamente tanta sensualidad en mí. Estaba excitado, pero me resistí a aceptarlo, mi tono se volvió todavía más rígido y le declaré mi franco repudio por las ideas de Adversus.
  -- Las ideas, apuntó Cris, son muy buenas. La forma de llevarlas a la práctica es lo que jode
  No respondí. Era todo oídos. Ella no tenía ganas de seguir. Esbozaba una conmovedora expresión de niña fastidiada, contrariada y compungida. Me puse duro:
  -- Han ocurrido hechos aberrantes, anunciados en ese panfleto. Lo que no sé es si tienen o no conexión con las ideas expuestas. A mí no me parecen muy graciosas que digamos. Hay un fanatismo increíble. ¿Se trata de una secta? ¿Hablás de eso cuando te referís a ellos ?
  --No, no creo que sea una secta. A mí no me importa nada de eso. Me importa solo él, que prometió ayudarme en una sociedad de beneficencia para perros abandonados y en mis actividades artísticas. Ahora estamos un poco distanciados.
  Nos quedamos en silencio. Algo denso flotaba en el aire y yo no podía interrogarla siguiendo pautas clásicas. Sería una falta de tacto. Ella notó mi vacilación y agregó: lo único que puedo decirte es que es un hombre muy solitario.
  --Tal vez, sugerí, no quiera estar más solo. Y busque liderar una secta. Si todo no es una broma….
  -- Eso no me interesa, nunca lo pensé, ¿Adonde querés llegar con esas preguntas?- espetó una Cris seca.
  -- Vos decís que las ideas de Adversus son interesantes, aunque te moleste, tengo que preguntarte cómo es posible aprobar algo así? Me refiero a cosas puntuales: cuando se propone una conjura sobre la base de hombres-bombas. ¿Te parece divertido eso?
  Ella con un toque de encanto que retorno sobre sus ojos, me confesó que no había leído el mentado tratado y tampoco estaba segura de que Macías lo hubiera escrito. Pero respecto a esa frase, le parecía una idea muy respetable y sobre todo poética que alguien diera su vida por una causa, hoy, señaló, que nadie cree en nada. Y sugirió que tal vez yo había leído tendenciosamente Adversus. Había gente de valor intelectual - me recordó- que la consideraba una pieza maestra.
Lamenté no haber traído conmigo el tratado. Busqué un golpe de efecto y cité la parte donde exalta a las madres que matan a sus hijos cuando les sorprenden una naturaleza angélica.
  Cris por toda respuesta lanzó una carcajada. No me digas - su cabellera aleteó en el aire y sentí la inminencia de una tormenta en el cielo- que tomás eso en serio. El tiene un sentido del humor muy refinado. Se debe referir al control de la población. El es doctor, siguió, una eminencia y le preocupan mucho esas cosas. ¿Por qué las madres ponen hijos en el mundo a los que no pueden alimentar? Cada ser humano debería ser el objeto de un cuidado especial y no de una aglomeración que hace que haya padres que confundan los nombres de sus hijos, si es que se acuerdan el nombre.
  Me gustaba escuchar a Cris hablar así. Su proximidad me sumía en un cuento fabuloso donde los seres alados emigraban para posarse en una cúpula de mármol y ella esperaba en un brocal viendo unas tazas de alabastro reflejadas en agua que de tan transparente era enigmática. Ella me arrancó de ese país y sus fulgores con una sonora carcajada que remataba su indirecta defensa del tratado: yo diría que vos sos un loco que se toma todo muy en serio. Pero eso me gusta mucho. Vos me gustás mucho.
  Cris hizo un gesto como si notara que un alerta rojo se desintegrase en el espacio y yo pudiera al verla retornar a mi país de fulgores, donde hubiera querido que el enemigo, si lo había, fuera concreto para enfrentarlo y finalmente como un héroe medieval darle a ella la victoria, convirtiéndola a su vez en mi trofeo. Me imaginaba con ella a orillas de un lago donde las palabras sonaban con dulzura mientras un rumor hirviente ascendía y acaloraba a nuestros cuerpos. Ella, ahora, me pedía con displicencia que no diera crédito a los chismes: Macías me admiraba, no dejaba de hacer elogios sobre mí, hasta le había acercado mis escritos a sus amigos. Entre finas hebras, casi invisibles entre su cabellera y sus labios, Cris me desarmaba. Entonces casi grité:
  --¿Pero quién es Macías? ¿Existe o es un seudónimo, un nombre de guerra?
  --Háblame bajo, no me gusta que me griten...
  Vi, amplios y descarnados, esos labios entreabiertos donde brotaban invisibles dardos.
  Miré mi reloj. El tiempo parecía detenido. Dentro de una hora tenía que estar en el juzgado por el juicio del restaurante. Mi socio el día anterior había llamado tres veces a mi casa dándome detalles y asegurándome que si no me presentaba podíamos perder el caso.
  --Sea un seudónimo o un nombre de guerra, yo lo conozco- Cris mantenía su tono defensivo-: creo saber muy bien quién es, con todos sus defectos. Le tienen mucha envidia, te lo aseguro.
  --Entonces...¿por qué él o gente suya no me pierden pisada y me intimidan? Vos ahora me decís que me admira y que les da a leer cosas mías a sus amigos. Será para que me vigilen mejor, porque ellos me tienen en la mira...
  --Vos sos alguien que necesita sentirse perseguido- otra vez hubo sequedad en Cris.
  -- Decime por lo menos quiénes son sus amigos- yo estaba al borde de la exasperación.
  --Mucha gente, hay de todo. Es una eminencia, ¿no lo sabés? Yo no sé porque joden tanto. Me obligan a defenderlo y no quiero defenderlo. Tengo mis problemas con él, pero no quiero ventilarlos. Van a usarlos en contra suya. Vos no tenés que dejar que te usen así.
  --¿Quién me usa a mí?- estaba al borde de la indignación, todo se ensombreció, como si cayera un plumaje metálico y quedase descarnado más que desnudo.
Cambié de actitud y con mi lengua más picante, haciendo ostentación de mi mejor cinismo, le pregunté: -¿Y cuándo piensan matarme?
  Ella lenta, pero inexorablemente fue apartando sus expresiones chocantes, cerró sus manos en el aire y abrió sus palmas como si me extendiera un racimo de frutos prohibidos, hasta que no quedó nada de su actitud irónica, distante o diplomática, que surgía cada vez que se hablaba de ese asunto.
  --Vos estás chiflado. Estás mal. Pero no es por eso. Estás pidiendo otra cosa.
  Su rostro se mostró límpido, como una superficie láctea recorrida por un chisporroteo de incendio y enlazó de súbito sus piernas con las mías. Tuve la impresión de ser un animal feroz cazado por un encantamiento al cabrillear de la luna. Me sentía en pañales ante ella o amenazado por un oscuro pánico, pero era mi imaginación porque todo se diluía en un cosquilleo.
  Yo no era ciertamente un ángel, tuve pocas experiencias con mujeres, salvo algunos encuentros fallidos con putas. Cuando salía de mis épocas místicas o de tiempos aplicadamente científicos, me limitaba a admirar a las mujeres o a masturbarme civilizadamente bajo las sábanas. A las mujeres las consideraba una zona vedada. Ni bien una me clavaba los ojos o meneaba su cintura provocativamente, me invadía cierta parálisis. Tuve serios incidentes que me llevaron a esa actitud. Años atrás, cuando los temas del destape y la liberación sexual estaban al orden del día, sentía vergüenza y hasta humillación. Pero ahora hasta podía considerarme un predecesor de una creciente abstinencia de las relaciones sexuales, según lo decían las encuestas. Se atribuía eso al virus del SIDA o a la falta de comunicación de la mujer y el hombre.
  En mi caso, tal vez la historia habría sido otra de haber dado con una iniciadora con más tacto ante mi miedo. Con una mujer del tipo de Cris. Ver a una mujer desnuda me producía cierto escalofrío que la mujer no tardaba en percibir. Así se arruinaron muchas historias que habían empezado muy bien en términos de conquista, con mohines y besos. En el momento más caliente mi sangre se helaba. Una de ellas, en vez de acordarse de mi madre, lo hizo con Freud: ahora sé por qué atribuye inteligencia a los neuróticos, dijo. Para no torturarme preferí a partir de cierto momento no insistir más y emplear todas mis energías en el conocimiento. Posiblemente tuviera que ver con eso que mi madre trajera a mi casa a tipos muy jóvenes, a veces hasta púberes. A uno de ellos un día lo vi sentado sobre su falda: ella estaba desnuda y di vuelta mi cabeza ahogado en una ola de repugnancia. No por ella, sino por la vida misma, donde mi existencia se balanceaba como la cabeza virgen de un ahorcado. Me olvidé de esa escena al transcurrir el tiempo, pero dejó el recuerdo de cierta impronta humillante, difícil de definir.
  Era el peor tipo de humillación, porque es imposible atribuirla a alguien, a mi madre o al púber. A esta altura de mi vida no quería ya saber nada con el sexo. Me había costado mucho construir defensas yendo en sentido contrario a mi sensibilidad. Muchos hombres se volvieron estudiosos e intelectuales para no enloquecer presas de su pasión desbordante. Si hubiera tenido cualidades artísticas hubiera sido tal vez un gran poeta o pintor y o un filósofo del montón.
Varias personas me expresaron que tenía algo de monacal. Nunca les di crédito. Pero los santos me fascinaban. ¿Cómo alguien puede prescindir completamente del sexo? Ahora, ante Cris, me daba cuenta de que yo no había prescindido. En mi larga abstinencia, lo había dejado en suspenso, como a una perpetua promesa. Mi interés inicial por la filosofía y la ciencia se debió a que ellas excluían de sus construcciones todo lo sensual.
  El mundo del pensamiento, pese a sus restricciones o a causa de ellas, había conservado intacto lo que respondía al deseo. No digo mi deseo porque lo experimentaba como algo ajeno. Pero eso no estaba para nada extinto.
En realidad, en años anteriores había estado enamorado de diversas mujeres. Pero me tornaba impotente cuando ellas querían pasar a los hechos, por temor a un nuevo fracaso. Sabía que en lo sexual yo no era impotente, pero que me costaría mucho entregarme ante la cercanía de una piel femenina. Por otra parte, esas mujeres que frecuenté nunca hicieron un movimiento de entrega hacia mí. El modo de plantear ir a la cama me resultó tan convencional que me ahuyentó definitivamente. Tal vez actuaban así conmigo porque lo que las atrae hacia el macho es el olor de otra mujer que el hombre lleva como flor en su ojal. Me decía cosas de ese calibre, concluyendo que mi virginidad era un trofeo inútil y sufría doblemente las historias que pude haber tenido y que me hubieran hecho seguramente sufrir. Las arruiné de antemano, con la mezquina certeza de que el deseo es algo fugaz.
  La mujer que se mostró con mas tacto también fue contaminada por mi miedo- algo que la mujer vive como incertidumbre- y cuando algo estuvo a punto de ocurrir con una muchacha a la que hamacaba en la Plaza San Martín planeando a qué hotel ir cuando me recibió con besos a la primera cita, ni lerdas ni perezosas se hicieron presentes las fuerzas del orden y de la represión, como si hubieran sido llamadas a la cita por una fatalidad mal nacida.
  Ahora lamentaba no tener la destreza de los hombres que saben responderle a la mujer que surge como una ráfaga desde la niebla. No es que quisiera seducirla: quería demostrarle que era un hombre, no un eremita que hubiera vivido en una montaña lejana. Temí otra vez ser mancillado en el ombligo del miedo. Ella se dio cuenta y resistió la blancura desmayada que invadía a las mujeres cuando advertían la índole de ese miedo. Sus mejillas se iluminaron hasta que toda su piel fue asaltada por una ola de rubor que agudizaba en tropel al clave más temperado. Hubo una pausa, la de un instante lánguido y un posterior derrame de fuego. Contra toda ortodoxia, la imaginé desnuda y sentí el preludio de un ritual nuevo.
  --Tenés miedo de mí. No voy a comerte. Tu miedo me excita mucho. Puedo olerte.
  Sus piernas me atenazaron con tal fuerza que la mesa dio una pirueta y estuvimos a punto de irnos al suelo. No había conocido a una mujer como ella, que quería oler sin tapujos ese aroma que exudaba la inactividad sexual de un santurrón y hacer de él un elixir con la química de su cuerpo y sus destrezas
Me dije que Cris era la mujer que tendría que haber conocido en otro tiempo. Creía palpar su carne ambarina bajo el brocado brillante de su vestido que hacía juego con el ámbar azabache, esta vez con acento, de sus ojos. De haberla conocido antes, tal vez no estaría metido en este delirio ridículo con la secta del autor de Adversus ángeles..
  Su cabellera bailoteaba, irradiaba, hacía contraer mis músculos y transmutaba una nube opaca y negra en un resplandor elocuente que crispaba el mismo cielo.
Olvidé totalmente que ella era amante o mujer de Macías. Eso me era insignificante, aunque probablemente ella había sido enviada por él para que, seducción mediante, averiguar qué planes tenía. Estaba decidido a aceptar ese desafío en esta carrera de embolsados.

Luis Thonis


lunes, 1 de junio de 2015

Raquel

Raquel

Peor es estar casado y dormir solo, meditaba. Fui detrás de un bagarto con tacones, no tenía a quién esperar. Cada uno hace lo que es posible para sobrevivir y hace mucho que no tenía una alegría. Quienes saben esperar encuentran buenas cosas, pero solo las que dejaron otros. Buscaba cambiar, hacer algo que nunca hice antes.
  Alguna vez dije que no hay paraíso para los solitarios.
  Muchas veces deambulaba por el arrabal con una calza negra de verano -que marcaba su culo- y la crencha suelta teñida al sol. Mis amigos la apodaban "la travesti"; ya que de lejos parecía una mujer. Pero, observándola detenidamente, seguía teniendo cuerpo femenino con rostro de macho.
  Un viernes, que caminaba cerca de mi casa, me acerque a ella y le pregunte si quería pasar a tomar unos mates escuchando un poco de música; ella contesto: "Cuando salga del laburo paso". Me sentí sucio.
  La esperé en la vereda mientras mi boca lanzaba humo.
  Como sentía vergüenza por mi invitada la hice transitar por el pasillo del costado de mi hogar (para que no la viera mi madre). Su boca era un cenicero y sus ojos tristes. Abrí la puerta de atrás e ingresamos a mi atorradero, la invite a sentarse en una de las dos sillas que disponía.
  -¿Qué música querés escuchar?
  -Me gusta la bachata -contesto.
  Tras un pequeño debate acerca de que música escuchar,  negociamos en colocar en la compactera un mp3 de Calamaro.
  -Ahora voy a preparar el mate -y agrego- ya regreso.
  -Okey, te espero.
  Mientras calentaba el agua en la pava pensaba "La verdad que le estoy haciendo un favor a esta mina."
  Regresaba con el termo y el mate al atorradero y me pregunta.
  -¿Le pusiste una cucharada de azúcar al primero?
  -Sí, como vos me pediste.
  Mientras llevábamos a nuestros labios la bombilla, Raquel -con voz triste- me relataba detalladamente el maltrato que recibía por parte de una anciana que cuidaba a dos cuadras de donde vivía. Una fuerza superior me empujaba a soportar su relato.
  Encendía la computadora y le digo si quería ver un "video de acción". Ella accede.
  Nuestras sillas juntas, muy juntas, miraban el monitor. Cuando se acercaba una escena donde había un petardo puse mi mano en su muslo (...) comenzaba Sasha Grey a tragar y Raquel expresó "hay que asco" , mi pantalón se había hinchado . Mis dedos  inquietos seguían deslizándose lentamente pero, cuando se aproximaron a su entrepierna, las detuvo exclamando "pará acá."
  A veces hacer lo correcto es hacer lo incorrecto y me disponía a manosear nuevamente, cuando la percanta me preguntó:
  -¿Dónde puedo echar un meo?
  Yo conteste anda a la puerta que está ahí en la izquierda.
  La naturaleza es impredecible, de nada sirve violentar un destino que no me pertenece. Reflexionaba que es inútil forzar una situación que no existe.
  En seguida puse Babasónicos. Coloqué esta vez mi mano solo un poco arriba de su rodilla que intentaba subir.
  -¡Uh! Me cagué -juntando sus manos en la nariz.
  -Asquerosa -apartándome con la silla-, sos una asquerosa.
  -Es que el mate me da gases.


nf

viernes, 1 de mayo de 2015

Extraños en este mundo

Extraños en este mundo

  Todos estuvimos un poco locos al elegir la Tierra para reencarnar. Cuando nacen los hombres en la Tierra somos como extraños en una tierra extraña, los espíritus son extranjeros al reencarnar en un cuerpo que le es chocante. Los humanos que residimos en la Tierra somos como extraterrestres.
  La Tierra no es el infierno, pero es uno de los mundos inferiores del Universo (hay mundos aún mas inferiores).
  En los mundos superiores hay mayor cantidad de espíritus buenos que malvados; inclusive hay mundos que son poblados exclusivamente por espíritus buenos. Aquellos mundos tienen un cuerpo impalpable comparado al terrestre. La mayor parte de los espíritus que habitan en la Tierra son espíritus inferiores, lo que provoca que haya tanta maldad aquí. Por este motivo expresó Jesús que Satanás es el príncipe de este mundo.
  La gran mayoría de los espíritus inferiores que moran temporariamente en este mundo vienen para purgar y expiar. Los más atrasados (al desencarnar y fallar en su misión) regresan a mundos mas imperfectos. En general, los pocos espíritus bienhechores que reencarnan aquí es porque vienen a cumplir una misión.
   La inmensa masa de los espíritus que habitan la Tierra están sometidos a una prueba; este mundo es un purgatorio y debemos aprovechar nuestra estancia para purificarnos e intentar superar nuestras pruebas. De tal modo obtendremos una mejor progreso. Sería ilógico pensar que por vivir cincuenta años (o lo que fuere) en este mundo iremos a un infierno o paraíso eterno. Si fuera así, el Creador sería injusto.
  Cuando el mandamiento bíblico nos dicta "Amar a Dios sobre todas las cosas" no significa que hay que estar todo el tiempo adorando y alabando a Dios (el Todopoderoso no necesita nada). Significa que hay que evitar aferrarse a las cosas y a las personas, significa también dar mayor importancia a la búsqueda espiritual que a la posesión de objetos materiales. Las mayores vanidades son el poder y la fama.
  El creerse poderoso es un síntoma de locura. Todo es vanidad.
  En los mundos inferiores se podrá estar mil años (sobretodo si se trata de un espíritu perverso), pero en algún momento ese espíritu querrá progresar. Dios no condena a nadie a los mundos imperfectos. Podrá permanecer mucho tiempo en la maldad, pero no eternamente. Lo contrario equivaldría a decir que Dios es artífice de la imperfección. El Creador permite el mal, pero no lo aprueba.
  Un hecho malicioso constituye una prueba para los involucrados, para el que lo comete y para el que lo recibe. Todos rendiremos y pagaremos las acciones y hechos que perpetramos.
  La Tierra (quizás) constituye el infierno de otro mundo.


nf

lunes, 6 de abril de 2015

El amor platónico

El amor según Platón

  El amor es algo que no poseemos o que no queremos perder.
  El amor es el deseo de poseer eternamente lo bello. El hombre, al ser mortal, participa de la eternidad mediante la generación y creación de lo bello.
  El amor se traduce en el deseo de poseer eternamente para sí lo que es bueno. Al deseo del bien se añade el deseo de inmortalidad. Aquel que no tiene desea y aquel que tiene lo que desea, desea poseerlo para siempre.
  Para Platón, el amor es el Genio de la Belleza. Siendo joven se ama los bellos cuerpos, para luego elevarse a la comprensión de la belleza común a todos ellos tendiendo a mirar sublimemente la belleza intelectual y moral.
  Para el hombre platónico la vida vale la pena desde el momento que se contempla la belleza absoluta en forma pura, abstracta y perfecta.
  Hasta nuestros días nos llega el influjo de este concepto,  entendiéndose como aquél que se enamora antes de la personalidad de alguien que la belleza del cuerpo. Otros, también, interpretan al amor platónico como aquel que se enamora de una persona sin acceder a ella (con ausencia de libido).

Compilado de mi autoría


  

miércoles, 1 de abril de 2015

El amor según Schopenhauer

El amor según Schopenhauer

  El amor es un engaño que engendra el Genio de la Especie a los hombres con el fin de la continuidad de la vida. La ilusión del más intenso gozo conlleva a aceptar el dolor de vivir.
  Schopenhauer afirma que el mandato del Genio es el instinto de la reproducción que impulsa a los hombres a perpetuar la especie. Entonces el amor es una ilusión que impulsa al enamorado a sacrificar todo en aras del más intenso placer.
   Este instinto es tan poderoso que conduce al infectado soportar  todo tipo de dolores , vejaciones y humillaciones con tal de satisfacer la mayor promesa de los deleites carnales, en esto estriba la astucia del Genio de la Especie.
  La experiencia confirma que el instinto es necesario para la reproducción, donde el amor es su manifiesto.
  Finalmente, expone el filósofo alemán, la capacidad de amar es el sacrificio de la personalidad para compensar el interés trascendental de la Especie.

Compilado de mi autoría
  


martes, 24 de marzo de 2015

El amor según José Ingenieros

El amor según José Ingenieros

  El amor es un sentimiento de preferencia individual que en circunstancias especiales un ser humano siente por otro, de sexo complementario, para satisfacer las tendencias instintivas relacionadas con la reproducción de la especie.
  El deseo es una preferencia individual por otro individuo de sexo complementario que admira. Un individuo determinado motiva la elección a su juicio favorable. La admiración da la medida al deseo, lo que más admira es más deseable.
  Cuando el deseo no puede ser satisfecho, el individuo difiere la satisfacción del deseo en el tiempo. Aquí se elabora la esperanza y su intensidad es proporcional a la admiración y deseo.
  El ideal es una abstracción de perfección atribuido a un individuo por ser el más digno de admiración, deseable y esperado. Ese juicio tiene un valor presente y es susceptible de rectificación.
  La ilusión de amor es un error de juicio que atribuye al deseado caracteres de perfección tipificados en el ideal del amador.
  El sentimiento amoroso puede durar más tiempo del necesario para la satisfacción del deseo.
  La esperanza no decepcionada puede estimular la renovación de la experiencia. Pero esa prolongación no es forzosa ni frecuente en la especie humana.
  El amor es una verdad vital conveniente para la selección, mientras que la ilusión del amor es una mentira vital para la conservación de la especie.
  El derecho de amar ha sido gradualmente suprimido por la familia y la monogamia por imposición del Genio de la Sociedad.


Compilado de mi autoría

domingo, 1 de marzo de 2015

Encarada

Encarada

  De un modo u otro todos estamos locos. Cuando me encuentro solo, en mí, tengo por compañía la locura. Mis soledades me dictan, me hablan... ¿Qué es mi tristeza comparada con los dolores del mundo?
  El hombre es un ser sociable. Es un delito para el humano estar solo (sin la sociedad) porque se transforma en una bestia.
  El saber popular indica que el amor es una embriaguez. Es decir, se producen procesos químicos que producen sensación de placer. Un individuo que siente atracción por otro experimenta una excitación sexual química.
  La enfermedad de Basedow atribuye a sustancias tóxicas que se elaboran dentro del organismo ciertas enfermedades. Así como el amor correspondido produce una sensación placentera, por el contrario, un desamor provoca angustia.
  Hay enfermedades que se llevan dentro, en la sangre, y que en algún momento se desarrollan. Circunstancias, hechos, y emociones provocan el brote de la enfermedad incubada.
  La función sexual ejerce una gran influencia en la vida anímica y corporal.
  Ante un gran fracaso amoroso el organismo reacciona produciendo en el cerebro sustancias químicas que generan una perturbación mental que podría llegar a la esquizofrenia. Es la extinción de este escenario. Despierta alucinaciones de un mundo fantástico, imaginando un infierno que se toma como verdadero. Es la pérdida de contacto con la realidad.

  No enciendo mi lámpara cuando hay otra encendida. Tras esperar mi deseo impaciente dos meses, desconociendo cómo va a reaccionar, mis ojos a través de la persiana ven pasar la figura de Karina. La ignorancia de su respuesta me causa sufrimiento. Salgo detrás de sus pasos y la alcanzo en una esquina, media calle antes de donde sueña, la encaro: "Hola Karina... Puedo hablar con vos."
  No se conoce a alguien hasta saber que desea. Ella tiene la boca color sangre y lleva maquillaje púrpura en sus párpados. Sus piernas están derechas e inexpresivas. Me contesta, "sí".
  Mientras un árbol nos observa, repleto de dudas, dejo fluir a mi corazón palpitante: "Sé que apenas te conozco, pero me gustaría conocerte mejor -continuo. Dime lo que piensas (...) no quiero sentirme solo. Cada noche que pasa no dejo de pensar en vos. Sos la única que das sentido a mi vida. Te necesito y estaría perdido si no me quieres. Quiero que seas mi novia o (al menos) que me des una oportunidad de conocerte."
  Karina frunce el ceño y responde: "Mira... no quiero conocerte ni ser tu novia -su semblante se contrae-, pero no te preocupes. Vos sos muy lindo y seguramente encontrarás una chica que te quiera."
  Pienso en mi interior "Dios, perdónala". No importa morir esta noche.
  Sollozando, salgo corriendo e ingreso a mi atorradero. Me encierro con llave, me pongo auriculares, y coloco una cinta de Phil Collins. El mundo se detiene.
  Mientras el gobierno radical agoniza, un gato camina maullando sobre el techo.

nf